Rusia confirmó este viernes haber atacado la víspera Kiev, la capital ucraniana, con armas de "alta precisión" en plena visita del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
En este ataque murió la productora y periodista de la emisora financiada por Estados Unidos Radio Free Europe/Radio Liberty, después de que su vivienda recibiera el impacto de un misil, citó AFP.
El ministerio de Defensa de Rusia informó que lanzó un ataque aéreo de "alta precisión de largo alcance" contra los talleres de la empresa espacial y de fabricación de misiles Artyom en Kiev.
El primer bombardeo en la capital desde mediados de abril se produjo después de que Guterres visitara Bucha y otras ciudades en la periferia de Kiev.
"Es una zona de guerra, pero causa conmoción que esto haya ocurrido cerca del lugar en que nos encontrábamos", dijo Saviano Abreu, un portavoz de la ONU que acompañaba a Guterres.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski denunció el ataque como intento de "humillar a la ONU y a todo cuanto esta organización representa".
Alemania criticó el ataque tildándolo de "inhumano" y afirmó que muestra que el presidente ruso Vladimir Putin "no tiene ningún respeto por el derecho internacional".
Periodistas de AFP vieron un edificio en llamas, en una zona residencial de Kiev, con una densa columna de humo negro escapando por las ventanas rotas.
"Escuché el sonido de dos cohetes y dos explosiones. Fue un sonido parecido al de un avión en vuelo y después dos explosiones con un intervalo de tres o cuatro segundos", contó a la AFP Oleksandr Stroganov, de 34 años.
El secretario general de la ONU condenó el ataque como "malvado" y tras visitar Bucha pidió a Moscú "cooperar" con la Corte Penal Internacional a fin de "establecer las responsabilidades", sobre los presuntos crímenes cometidos contra civiles en esta localidad.
La fiscal general de Ucrania Irina Venediktova dijo a la cadena Deutsche Welle que se han identificado "más de 8.000 casos" de presuntos crímenes de guerra.
Además señaló que hay una investigación en marcha contra diez soldados rusos sospechosos de cometer atrocidades en Bucha, donde decenas de cadáveres vestidos de civiles fueron encontrados tras el retiro de las tropas de Moscú.
Los hechos investigados, según Venediktova, incluyen "asesinatos de civiles, bombardeos de infraestructuras civiles, torturas", así como "crímenes sexuales" denunciados "en el territorio ocupado de Ucrania".
Horas antes del bombardeo en Kiev, el presidente estadounidense Joe Biden solicitó al Congreso 33.000 millones de dólares de ayuda adicional para respaldar a Ucrania frente a "las atrocidades y agresiones" rusas.
"El costo de esta pelea no es barato. Pero ceder ante la agresión va a ser más costoso si permitimos que suceda", defendió el presidente estadounidense.
Además Biden rechazó las afirmaciones de funcionario rusos de que Moscú está luchando contra todo Occidente.
"No estamos atacando a Rusia. Estamos ayudando a Ucrania a defenderse de la agresión rusa", dijo Biden.
Un alto funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, señaló que el paquete que busca tramitar Biden tiene como objetivo dar un apoyo al gobierno y al ejército de Ucrania hasta principios de octubre.
Tras semanas de conflicto sin que las tropas rusas lograran capturar la capital ucraniana, ahora los esfuerzos de Moscú están centrados en lograr un avance significativo en el este y a asentar su control en la zona sur, en torno al puerto de Mariúpol.
Las autoridades ucranianas indicaron que tienen previsto para este viernes un plan para evacuar a los civiles atrapados en la planta de Azovstal sitiada por las fuerzas rusas en Mariúpol.
Cientos de militares y civiles ucranianos, entre ellos decenas de niños, están refugiados en esta planta.
Desde allí, el batallón ucraniano Azov indicó en Telegram que un hospital militar de campaña ubicado en el complejo industria fue bombardeado.
La sala de operaciones se hundió y los soldados que estaban siendo tratados murieron o quedaron heridos, añadió, sin dar un balance.
En tanto, Kiev ha admitido que las fuerzas rusas han capturado varias localidades en la región del Donbás, en el este.
La primera fase de la invasión lanzada por Rusia el 24 de febrero fracasó a la hora de capturar Kiev o para derrocar al gobierno ucraniano, tras enfrentar una aguerrida resistencia, que fue reforzada por las armas enviadas a Ucrania por países occidentales.
Ahora la campaña rusa se centra en capturar territorios en el este y en el sur de Ucrania y también utilizar misiles de largo alcance contra zonas del oeste y del centro del país.
Biden afirmó que Estados Unidos enviará diez armas antitanque por cada blindado ruso, pero el comandante de la Fuerza Aérea de Ucrania Mikola Olechchuk indicó que el sistema antiaéreo del país es incapaz de alcanzar a los bombarderos a una altitud elevada.
"Necesitamos sistemas antiaéreos de medio y de largo alcance" y "cazas modernos", afirmó el militar.
Hasta ahora, el conflicto ha obligado a 5,4 millones de ucranianos a dejar su país y más de 7,7 millones de personas huyeron de sus hogares sin cruzar la frontera, según una estimación de la ONU, en un momento en que la Organización Internacional de las Migraciones lanzó un pedido de ayuda por 514 millones de dólares.
"Sólo nos queda una esperanza: poder volver a casa", dijo Galina Bodnya, una jubilada en la ciudad de Zaporiyia, en el sur del país, informó AFP.
Moscú / Redacción web / AFP