La Super Bowl LVII siempre será recordada por Rihanna, artista encargada de amenizar la final de fútbol americano. En una noche en la que Patrick Mahomes logró su segundo anillo en el triunfo de Kansas City Chiefs frente a Filadelfia Eagles por 38-35, el segundo campeonato en cuatro años, informaron El Confidencial y EFE,
"La cantante, quien reveló que está embarazada de su segundo hijo, regresó a lo grande tras varios años sin subirse a los escenarios ante la expectación de todo el planeta. Apareciendo vestida de rojo en una espectacular plataforma y con la mirada inconfundible de que iba a alucinar al público una vez más", explicó CNN.
Rihanna ni mucho menos defraudó, y se convirtió en la reina absoluta de un show en el que los bailarines vestidos de blanco que la acompañaron también estuvieron a la altura.
La artista de Barbados, de 35 años, ejecutó una actuación que la esperaba desde que en 2019 la propia cantante decidiera rechazar participar en el descanso tras las protestas durante el himno estadounidenses de Colin Kaepernick por la excesiva brutalidad policial y el racismo.
"En una actuación de unos 15 minutos sobre el escenario, Rihanna abrió el descanso con Where Have You Been, pasando por las canciones Only Girl In the World, We Found Love, Rude Boy, Work, Wild Thoughts, Pour It Up, All of the Lights y Run This Town antes de acabar con Umbrella y Diamonds", indicó La Razón.
Glendale / Redacción Web
