Ser zapatero es un oficio rentable actualmente, afirma José Sifontes, joven que se dedica a reparar al menos seis pares de calzado por semana. Los pedidos aumentan cada día ante la imposibilidad de los ciudadanos de adquirir pares nuevos.
“Yo cobro por transferencia y coso bien para que no se dañe rápidamente, mínimo cinco millones por eso”, indicó.
Sin embargo, comprar los materiales necesarios para las reparaciones supone una inversión cada vez mayor. “El hilo me sale en tres millones de bolívares por punto, mientras que en billetes me venden el metro a 300 mil”, explicó Sifontes.
La profesora Patricia Blanco sostuvo que es cliente fija de un local reconocido de zapateros en la calle Sucre de Puerto La Cruz “porque cada vez es más costoso comprar nuevos y traigo hasta los de los niños para remendarlos”.
“Hemos rechazado muchos trabajos porque de paso mis muchachos están emigrando”, declaró Rafi Chirnie, encargado del establecimiento.
Sus ventas han aumentado y también la demanda de pega e hilo para que los usuarios remienden sus zapatos. “Un pegado o claveteada mínimo te sale en un millón y una costura en tres”, comentó.
Las suelas están escasas y las disponibles han aumentado mucho de precio. Los clientes se inhiben de reparar toda la plantilla porque un par de zapatos deportivos puede valer hasta 40 millones de bolívares.
“Tratamos de atender bien al cliente y con educación, como nosotros esperamos que vengan aquí”, aseguró Chirnie.
Precisó que aceptan transferencias debido a la falta de papel moneda.
La mayoría de los zapateros no cuentan con punto de venta y los encuestados señalaron que sus solicitudes son ignoradas en los bancos.
Puerto La Cruz / Yerucxa Guzmán
