Patrick Reed despeja cualquier duda que pudiera existir sobre su coraje.
Una semana que inició con los cuestionamientos de Brooks Koepka, quien aseguró que Reed hizo trampa cuando fue penalizado por remover arena en las Bahamas, terminó con una gran actuación del estadounidense, quien prodigó momentos clave al final para ganar el Campeonato de México el domingo.
En realidad, Reed siempre parecer mostrar lo mejor de él cuando el mundo está en su contra.
A dos golpes de distancia y con cuatro hoyos por jugar, Reed logró tres birdies seguidos para superar a un tambaleante Bryson DeChambeau y terminó con 67 impactos, cuatro bajo par.
Así, se embolsó su segundo título del World Golf Championship.
A Reed no le molestó siquiera el ruido atronador del público mexicano.
“Estoy acostumbrado a eso”, señaló. “Sinceramente, es una de esas cosas en que, al final del día, me doy cuenta de que lo único que puedo controlar es lo que hago dentro y fuera del campo. Si siento que estoy mejorando cada día y dando un buen ejemplo a la próxima generación… lo hago y siento que ése es un gran trabajo”.
En una feroz ronda final en la que cinco jugadores llegaron a estar empatados en el liderato cuatro estaban igualados al llegar al hoyo 9 DeChambeau tomó el control con cinco birdies en un espacio de seis hoyos empezando en ese 9.
Todos a su alrededor fallaron, Justin Thomas, Rory McIlroy, Jon Rahm, Erik Van Rooyen. Todos menos Reed, quien no tuvo ningún bogey sino hasta que simplemente necesitó uno para ganar.
DeChambeau no pudo conseguir un birdie en el hoyo 15, un par 5. Falló en el green en el 16 y necesitó de tres golpes largos en el 17. Terminó con una tarjeta de 65.
Sin presiones
Reed no se estremeció por lo que ocurría a su alrededor, dentro y fuera del campo.
Aún tiene que acallar los rumores en la gira y los abucheos de la afición por lo que ocurrió en el Hero World Challenge en diciembre, cuando fue captado en video quitando dos veces la arena detrás de su bola en las Bahamas. Reed aceptó la penalización de dos tiros y argumentó que una toma de otro ángulo hubiera mostrado que su palo no estaba tan cerca de la pelota como parecía.
“Regresar y ganar mi segundo World Golf Championship, especialmente como terminé del hoyo 15 en adelante. El último hoyo fue horrible, pero es lo que necesitaba para sacar el trabajo”, expresó.
Terminó con 18 bajo par y 266 golpes, para colocarse como el octavo golfista del mundo.
Rahm tenía oportunidad de convertirse en el número uno del mundo con un triunfo y dependiendo del resultado de McIlroy.
Pero ello dejó de importar, pues el español tuvo un bogey en el hoyo 11 y falló otro tiro en el 14.
Ciudad de México / Doug Ferguson / AP