La caravana de migrantes hondureños ha obligado al presidente de ese país, Juan Orlando Hernández a viajar a Guatemala para ofrecer un retorno seguro. Sin embargo, miles continúan en su firme decisión de caminar hasta Estados Unidos.
Miles de migrantes hondureños, que intentan llegar a Estados Unidos, siguen soportando este sábado la espera para cruzar a México y así lograr el avance de la caravana que huye de la pobreza y violencia en su país.
La primera noche de espera sobre el puente internacional que une a Guatemala y México transcurrió entre sobresaltos para los miles de centroamericanos hacinados cerca de la reja fronteriza del poblado mexicano de Ciudad Hidalgo.
Los permisos serán extendidos para que los hondureños puedan pasar por el territorio, indicó el cónsul mexicano Raúl Cueto; mientras, las primeras familias eran prioridad luego de haber esperado durante la noche y madrugada en Tecún Umán, San Marcos, Guatemala.
El drama migratorio
Sin embargo, grupos de personas amenazaban con pasar al territorio mexicano a la fuerza, sin efectuar el trámite migratorio, por lo que el paso de hondureños se detuvo para retomar el control.
Desde temprano, se observó que más hondureños llegaban caminando a Tecún Umán para sumarse a la caravana de sus compatriotas, que salió el sábado pasado de San Pedro Sula, desde donde han recorrido unos 500 kilómetros.
Personas particulares, organizaciones e instituciones repartieron alimentos en el parque de Tecún Umán a los hondureños que se encontraban en el lugar.
En horas de la noche del viernes, la llovizna y el frío se hicieron presentes. Unos cien migrantes desistieron del viaje y emprendieron su regreso a la frontera hondureña en autobuses proporcionados por el gobierno guatemalteco.
Un verdadero drama se vivió en la frontera, cuando madres con sus niños semidesnudos suplicaban a las autoridades mexicanas que los dejaran pasar.
Honduras / Agencia