El secretario de Seguridad de Río de Janeiro, Richard Nunes, afirmó que la Policía va a hacer una reproducción simulada del asesinato de la concejal Marielle Franco, tiroteada el 14 de febrero en el centro de la ciudad, junto con el conductor Anderson Gomes.
Según Nunes, la acción está prevista para el próximo mes por la complejidad que implica hacer una simulación del homicidio.
"Hemos decidido ayer, en una reunión, realizar una reproducción simulada de los hechos" que estará lista "a principios de mayo porque todavía depende de algún acierto técnico y porque es complejo hacer una producción como esa, incluso con disparos reales en esa área", dijo el secretario en declaraciones divulgadas por el portal G1.
El funcionario precisó que la simulación va a "ayudar mucho" en la comprensión del crimen y permitirá comparar las diferentes versiones de los testigos.
"La sociedad tiene que entender que estamos trabajando mucho para llegar al autor de ese crimen y es una investigación compleja que demanda una serie de producciones y pruebas. Estamos en el ritmo que tiene que ser dado con seriedad y serenidad, porque lo que la gente necesita es llegar a los autores de ese crimen y efectivamente llevarlos a juicio ", afirmó.
El homicidio de la política y activista de derechos humanos y su conductor ocurrió un mes después de que el presidente Michel Temer, por la ola de violencia que azotaba a Río de Janeiro, decretara la intervención, medida que dejó la seguridad pública en manos del Ejército.
Tras un mes de haber ocurrido el asesinato, ningún sospechoso ha sido detenido y hay un sinfín de interrogantes por resolver, sin embargo, los indicios de las investigaciones ponen en primera línea a las milicias, teoría que para el Gobierno brasileño "es muy probable", según declaraciones dadas esta semana por el ministro de Seguridad Pública, Raúl Jungmann.
Las milicias son organizaciones criminales integradas por expolicías o agentes activos corruptos, que funcionan como grupos paramilitares que operan en muchas favelas de Río y disputan el control de esas barriadas con narcotraficantes y cuya presencia se ha incrementado en la última década.
Río de Janeiro / Agencias