Una oferta de donación al Estado argentino de miles de objetos que pertenecieron a Jorge Luis Borges quedó envuelta en polémica luego de que la viuda del célebre escritor denunciara que se trata de artículos robados.
Los 6.000 libros, manuscritos y documentos adquiridos por el empresario Alejandro Roemmers tendrían un origen ilícito, dijo el viernes a Radio Mitre el abogado Fernando Soto, representante de María Kodama viuda y heredera del autor argentino de “El Aleph”, “Ficciones” e “Historia de una eternidad”, galardonado con el Premio Cervantes.
Kodama, de 82 años, denunció un día antes que las obras ofrecidas por Roemmers al gobierno argentino “son todas cosas robadas”. También dijo que no le importa el anuncio que hizo el presidente electo Alberto Fernández, quien asumirá el poder el próximo martes, acerca de que con ese aporte se crearía el Museo Borges.
“Me resulta indiferente. Cada uno hace lo que quiere y nadie respeta nada. Este país es así", dijo a medios locales Kodama, quien por su parte está al frente la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, una organización que cuenta con un museo y, de acuerdo al abogado de Kodama, no recibe aportes gubernamentales.
Soto insistió en que “hace mucho tiempo” que están en la búsqueda de los materiales ofrecidos por Roemmers. El abogado dijo que fueron sustraídos por Epifanía Úbeda, una empleada doméstica de Borges, quien fue despedida luego de que el escritor decidiera pasar sus últimos días en Suiza, donde falleció en 1986.
La falla
Una vez vaciado el departamento de Borges en Buenos Aires, “por un error no se hizo el desalojo de la baulera (bodega) del edificio donde había una gran cantidad de objetos personales de Borges, manuscritos de sus cuentos, documentos personales y condecoraciones”, señaló Soto quien afirmó que la empleada tenía llave del apartamento y se llevó los objetos en un flete que había encargado. De acuerdo con Soto todo está documentado en un acta judicial.
“Cuando se compran objetos de Borges hay que tener particular cuidado. Habría que acreditar cómo se lo adquirió y si son originales”, sostuvo el abogado, quien indicó que se ha detectado la existencia de obra sustraída en otros países.
Soto consideró improbable que Roemmers, empresario del sector farmacéutico, conociera la procedencia del material. En cambio, acusó a Alejandro Vaccaro, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, quien según dijo, lo habría vendido al empresario.
Reacción
Vaccaro rechazó lo que calificó como una “calumnia” y dijo poseer los comprobantes de la compra de manuscritos, cartas y libros y demás objetos.
Roemmers también negó que el material que pretendía entregar sea robado.
“Es una colección que tiene 50 años. Se ha formado durante mucho tiempo, con obras adquiridas a muchísimas personas, coleccionistas, libreros y está todo documentado”, señaló al canal Todo Noticias. El empresario señaló entristecido por que se quiera “ensuciar algo tan lindo como este acto de entrega”.
Buenos Aires /Almudena Calatrava / AP