Un problema con los ligamentos de la rodilla podría poner límite a las labores del papa Francisco, quien afirmó este sábado que necesita bajar el ritmo o retirarse.
“Esto con toda honestidad: no es una catástrofe, se puede cambiar papá, ¡no hay problema!”, expresó en rueda de prensa, mientras estaba sentado en una silla de ruedas.
A sus 85 años, el sumo pontífice afirmó que no había pensado renunciar, pero que esa "puerta está abierta".
“Creo que a mi edad y con esta limitación, tengo que ahorrar un poco (de energía) para poder servir a la Iglesia o, por el contrario, pensar en la posibilidad de dar un paso al costado”, explicó.
Puerto La Cruz / Redacción web