El aumento de los precios del gas doméstico agarró a los sucrenses desprevenidos, pese a que al igual que el resto de los venezolanos, un buen número sigue dependiendo de un salario mínimo pagado por la administración pública.
Mediante la Gaceta Oficial Número 2.861, se informó sobre un nuevo aumento del servicio de distribución de gas licuado de petróleo (GLP) en el estado sucre.
El ajuste quedó en los siguientes precios:
Las razones que alega la empresa son la supuesta falta de ingresos para cubrir gastos operativos, la situación económica y “la venta ilícita de este compuesto químico”.
Aparte de esto, la empresa adelantó que se realizarán “revisiones periódicas”, basadas en la variación de la tasa cambiaria del Banco Central de Venezuela.
La inconformidad de los usuarios no se hizo esperar. En Bermúdez, María Marval, vecina de El Pilar, al ser abordada en su parada en Carúpano, dijo que se trata de un nuevo abuso para con la gente, porque hay que tomar en cuenta que van a revisar las tarifas dolarizadas todos los meses, pero a los trabajadores nadie les ha dolarizado el salario. “Yo creo que va a volver gas palito, que lo sepa el gobernador”.
Petra González, vecina de Playa Grande, también se quejó de la medida. “Está bien que aumenten y cobren lo que es, pero de dónde sacamos nosotros que vivimos con una miseria”.
Martha Patiño, vecina de El Muco, literalmente pegó el grito en el cielo. “Menos mal que Pinto ofreció que nadie iba a cocinar más nunca en leña en Sucre. Pues que se preparen porque a más de uno no le va a quedar más remedio cuando el Clap le pida la plata y no tenga para comprar el cilindro”.
En Cumaná, Jorge Martínez, de Caigüire, señaló que aunque no es un alto monto el que hay que pagar, suma a los números que una familia debe pagar en un mes para mantener el teléfono residencial, el internet y los demás servicios que están lejos de ser baratos, mientras la gente ve un estancamiento en sus ingresos.
Sucre/ Cecilia Lárez