La primaria del 22 de octubre significó un punto de inflexión en el devenir político del país y algunas de sus consecuencias y efectos aún están por manifestarse.
Por lo pronto, tanto para la dirigencia política como los analistas, existe un primer hecho ya consumado: la jornada comicial fue más allá de la simple escogencia de un candidato unitario para las presidenciales de 2024.
El respaldo de 92,35 % de los votos -más de 2 millones 253 mil electores-, obtenido por la abanderada de Vente Venezuela (VV), María Corina Machado, significó, más que una elección, un acto de “aclamación”, según advierten distintos expertos consultados por El Tiempo.
Con ello quedó establecido, al menos dentro del antichavismo, un nuevo liderazgo cuya fuerza dejó en pausa las aspiraciones de otros actores de la Plataforma Unitaria, encabezados Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT), Voluntad Popular (VP) y Acción Democrática (AD).
Algunos de ellos adversaron abiertamente, hasta hace dos semanas, la postulación de Machado y se mostraron defensores de una candidatura de consenso o de aplicar un mecanismo de “sucesión” , dada la condición de “inhabilitada” de la dirigente.
Del lado del chavismo, la dura arremetida desde todos los flancos de los Poderes Públicos, puso en relieve la amenaza que les significaba la dirigente de VV.
De acuerdo a algunos sondeos de opinión, el arrastre de Machado se ha extendido a sectores populares no identificados con la oposición.
Para algunos especialistas puede conformar un liderazgo difícil de frenar, tal como hace 25 años ocurrió con la figura de Hugo Chávez, quien también capitalizó en su momento el descontento por los partidos políticos tradicionales.
No obstante, las condiciones del país no son las mismas, y obviamente el perfil de la propia aspirante presidencial es marcadamente opuesto. Que la figura de Machado sea diferente a otras propuestas anteriores y actuales, hace difícil anticipar los acontecimientos en el corto y mediano plazo.
Para Enderson Sequera, politólogo, consultor y director estratégico de Politiks, la dirigente se ha convertido en “un fenómeno político” del cual aún hoy “estamos empezando a vislumbrar sus consecuencias”.
“Recibió un respaldo unánime de buena parte de los venezolanos que quieren un cambio. Un respaldo, a su vez, que proviene de una elección autogestionada en donde muchos prestaron sus casas como centro electoral y otros se quedaron para contar los votos papelito por papelito (…) Fue una victoria de los venezolanos que superaron todos los obstáculos, presiones y amenazas para expresarse”, dijo Sequera a El Tiempo.
El porcentaje alcanzado por Machado ha sido el principal elemento que sostiene la tesis de su actual legitimidad. Según el coordinador general de la Organización No Gubernamental (ONG) Provea, Rafael Uzcátegui, si la votación a su favor no hubiera superado 55%, aun siendo mayoría, se habría debilitado la candidatura, ya que otros actores habrían alegado la existencia de una “polarización” interna.
Mientras, si hubiera estado por debajo de 70%, se habría dado pie a la conformación de alianzas que disputarían la postulación unitaria.
“Haber recibido 92% de aprobación, hace que la segunda opción (que le sigue en los resultados) con 5% de los votos evapore la intención de convertirse en un ‘Plan B’ ante la persistencia de la inhabilitación (a Machado). Además, anula, por ahora la posibilidad de que otras candidaturas le disputen el liderazgo”, señaló Uzcátegui en sus redes sociales.
Para Sequera, lo ocurrido el 22 de octubre fue “el mayor respaldo político-electoral que ha recibido un líder en la historia política reciente de Venezuela”.
“María Corina Machado ha quedado legitimada como la líder indiscutible de la oposición”.
Para el consultor político David Rico, la “aclamación” hacia la figura de Machado que significó la primaria refleja el “hastío y el cansancio” hacia los partidos tradicionales de la oposición.
“Hay una desmotivación y un total desapego con los partidos del bloque opositor. El descontento por una mala administración de las expectativas y una construcción errática de estrategias comunicacionales llevaron a una gran desconexión (con la población). María Corina es la respuesta a un descontento generalizado, más que una opción de un cambio de gobierno, y al mismo tiempo, es vista como una líder a futuro que pueda encabezar a la oposición”.
Rico acota que en la primaria opositora tampoco había grandes liderazgos compitiendo con Machado, como es el caso del abanderado de Acción Democrática (AD), Carlos Prósperi, quien ocupó el segundo lugar con el 4,61% de los votos.
“La realidad es que AD es un partido muy mermado, muy dividido y ya no tiene el arraigo político y social que tenía en antaño. Hoy AD es un partido pequeño. La política de las maquinarias murió hace años. Eso ya no existe en Venezuela”, señaló Rico.
Rafael Uzcátegui agrega que, en este momento, Machado ostenta el capital político y simbólico para ser considerada la líder de una oposición legitimada por el respaldo popular, lo que convierte a Vente Venezuela en la primera fuerza política democrática del país.
“Mientras la clase política se fragmentaba, desde abajo se impuso el consenso por una candidatura unitaria que no fuera ambigua en su enfrentamiento al autoritarismo. Luchar contra eso ahora es tan ´realista’ como haber intentado disputarle en el MVR (el liderazgo) a Hugo Chávez en el 2000”, explicó Uzcátegui.
No obstante, para Sequera la comparación con lo ocurrido con Chávez es errada. “Chávez era un militar golpista que usó los mecanismos de la democracia para destruir a la misma democracia. Machado, en cambio, es una política liberal que se alza como la líder del proceso de liberación de Venezuela, que está usando la palabra y la fuerza de los votos para recuperar la democracia e instaurar las ideas de libre mercado, propiedad privada y libertad individual en Venezuela”, agregó el director estratégico de Politiks.
Aunque Chávez en su momento, canalizó también el hartazgo hacia los partidos tradicionales, Rico coincide en que el escenario actual es totalmente diferente al que permitió el triunfo del exmandatario.
“Chávez creció y compitió con reglas democráticas. En este momento no se está compitiendo con reglas democráticas. Por el contrario, a Chávez se le dio toda la palestra mediática, pública y política que pudiera necesitar cualquier líder político. En este momento no ocurre eso. Las condiciones son totalmente diferentes”.
Uzcátegui aporta un elemento adicional. Advierte que, así como en el pasado se intentó comprender el “fenómeno Chávez”, María Corina ofrece “un mundo de teorizaciones y refutaciones” para los científicos sociales.
A juicio del sociólogo y coordinador de Provea, Machado representaría una drástica expresión de una realidad política, diferente a lo que se había conocido, “ajena a lo de hoy y a lo de ayer”.
Para Uzcátegui, la dirigente de VV ha sido un “cisne negro”, impensable hace sólo 10 meses atrás. Pero sólo su coherencia y disposición a enfrentar al autoritarismo, en un contexto de ambigüedad de los políticos tradicionales, no explican el amplio consenso obtenido.
“Mantener una postura ‘radical’ le labró un curioso espacio de outsider (…) Y en esta percepción de ‘no contaminación’ la ayuda incluso, el ser mujer. Viene de un lugar diferente al liderazgo masculino y patriarcal”, acota Uzcátegui, quien agrega que incluso hoy, los señalamientos sobre su origen de clase no impiden que “los sectores humildes se identifiquen con ella”, revelando una demanda aspiracional sobre una “mejor calidad de vida” que ella encarna.
Mientras las piezas del ajedrez político comienzan a moverse, las estrategias permanecen sin revelarse.
La sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) publicada el pasado lunes, que ordena la suspensión de los “efectos de las distintas fases” de la primaria también obliga a remitir toda la información y documentos relativos a los comicios al órgano judicial, incluyendo cuadernos de votación, amenazando con una nueva Lista Tascón.
A ello se suma la criminalización del trabajo realizado por la Comisión Nacional de Primaria (CNdP) y un eventual riesgo de detención de sus integrantes.
Desde la acera de la opositora, aún queda por desentrañar los pasos a seguir detrás del eslogan de campaña que proclama la intención de llegar “hasta el final”.
Para Sequera, a la hora de hablar de la inhabilitación de Machado, hay que considerar los tiempos. “En este momento, el votante opositor está más dispuesto a iniciar un movimiento nacional e internacional de presión en favor de la restitución de las garantías electorales. Estas deben incluir, además de la inhabilitación, la revisión del Registro Electoral, el voto en el exterior y la observación internacional del proceso”, subraya el experto.
Advierte que aplicar, como siguiente paso, un mecanismo para sustituir la candidatura de Machado sería percibido como una traición “al contundente e inusual mandado popular que recibió el 22 de octubre”.
“Quiénes insisten en el tema de la inhabilitación, en lugar de presionar por restituir las garantías de integridad electoral, están más interesados en desplazar a Machado que en tener una elección libre y competitiva en 2024. Repetir ese planteamiento es repetir la narrativa del chavismo”, agrega Sequera.
Rico coincide en que, dadas las actuales, circunstancias, resulta muy difícil que el ciudadano acepte a un líder que no escogió.
“Al final, cualquier método que se utilice al día de hoy, no existe porque no fue consensuado entre los venezolanos”.
Opina que el punto en el que se debe cimentar la comunicación de la oposición, y el liderazgo de Machado, es “caminar en contra de un sistema que judicializa la política y desnuda constantemente su ‘ADN dictatorial’”.
“Es eso lo que permitiría ir más allá. Es decir, el ‘hasta el final’ tendría sentido, siempre y cuando sea una arenga que movilice a la sociedad civil y a todo el país en torno al respeto a este liderazgo opositor a la disidencia y al pensar diferente”.
Para Rico, es muy importante “que se juegue bien con las expectativas ciudadanas y que no se le mienta al país, porque eso si puede ser negativo y catastrófico para la oposición en el futuro”.
Uzcátegui agrega que políticamente no debería sorprender los actuales virajes estratégicos de Machado. En el pasado su postura “radical” le brindaba un espacio en el conflicto que le permitió mantenerse en la palestra. Hoy ha pasado al siguiente nivel, un espacio político con una audiencia más diversa. “Su desafío será mantener su anterior base dura e incorporar nuevas adhesiones”.
Machado se proyecta en este momento a algo diferente a lo ya conocido.
La dirigente, en su rol de candidata nacional consensuada, según advierte finalmente Uzcátegui, está en proceso de “invención y construcción”.
“Nos puede gustar más o menos lo que resulte, pero será diferente a la María Corina Machado que conocimos”.
Rodolfo Baptista / Rafael Arias