El comediante hace una distinción entre la burla, que tiene un componente agresivo, y el humor, que implica un trasfondo amoroso. Como humorista, ve con esperanzas el futuro del país, aunque algo complicado bajo su visión de politólogo.
–Luego de lo sucedido el pasado 28 de julio en la noche, ¿también usted se quedó con las maletas hechas?
–Con esta vida que uno lleva uno siempre anda con las maletas hechas.
–¿Pasó por su mente que iba a pasar lo que pasó?
–Sí, creo que si algo hemos aprendido los venezolanos en los últimos tiempos es a esperar cosas. Maquiavelo decía que así como para conocer una montaña hay que situarse en un valle, que nadie como el pueblo conoce mejor al poder y las cosas que este es capaz de hacer. Nuestra intuición colectiva esta muy desarrollada.
–A través de sus actos públicos usted se ha convertido en cultor de una esperanza, no tan corta, para los venezolanos. ¿Se haría ésta tan larga hasta perderse?
–Siempre pongo el ejemplo de mi papá, cuando sembrando una higuera el nieto le preguntó, dada su avanzada edad, sobre la inutilidad de sembrarla ya que nunca comería sus frutos, a lo que mi papá respondió: “alguien los comerá porque los que yo me estoy comiendo hoy alguien los sembró para mí”. Naturalmente que uno quiere ver los cambios que anhela en el plazo vital de la propia existencia. Pero hay acciones que rinden sus beneficios sin que sus promotores alcancen a gozar de ellos. Pero como eso una nunca lo sabe de antemano, yo siempre actúo con la certeza de que he de contemplar el bien. Creo que construir esperanza es hacer lo mejor que uno pueda para que el bien, la justicia, la bondad y la libertad se materialicen, hoy, mañana e incluso un día futuro en el que uno no esté. Creo que, como proclamaba Sócrates, uno tiene una voz interior que indica que es lo que está mal para no tomar ese camino.
–¿Entraría clandestinamente al país?
–Yo entro con frecuencia por la puerta principal. Los cómicos somos malos para la clandestinidad porque las risas nos delatan.
–¿Ha pensado caracterizar algún día a Maduro?
–No.
–¿Es posible drenar con humor la situación venezolana?
–Siempre es posible. Mucha gente cree que el humor es poco serio porque está asociado con la risa y que reír de una situación es restarle importancia. El auténtico humor cuando ríe de algo es para subrayar su importancia e incluso para alertar sobre su componente trágico y peligroso. Uno de los más sublimes ejemplos lo encontramos en El gran dictador de Charles Chaplin.
–¿Es posible sacarle guasa, por ejemplo, a los ocho millones de venezolano idos?
–Claro que sí; lo que sucede es que dicho así: “guasa” parece burla. Y a mi la palabra burla no me gusta mucho asociada al humor, porque la burla tiene un componente agresivo, mientras el humor tiene un trasfondo amoroso. Se puede y se debe reír de los propios dolores y abandonar la tierra de uno siempre tiene un componente doloroso.
–¿Ha imaginado no volver a Venezuela?
–No, de hecho, vuelvo con frecuencia y por largo tiempo.
–¿Se acogería a un plan de amnistía por parte del régimen venezolano?
–No sabe, no contesta.
–¿Una incertidumbre?
–La vejez.
–¿Una convicción?
–La fuerza del amor.
–¿Una sospecha?
–Jajajaja, la de todos.Bueno, más que sospecha, certeza.
–¿Un dolor?
–Pubalgia. (Dolor de pubis. Hernia típica del deportista).
–¿Una alegría?
–Volver a casa.
–¿Una impotencia?
–Aún no.
–¿Una utopía?
–Que todo el mundo se alimente y se eduque.
Poderes paradójicos
–¿Fiscaliza el fiscal?
–Mucho.
–¿A quién controla el contralor?
–Se autocontrola.
–¿Defiende la Defensoría del pueblo al ciudadano elector?
–Una muy buena pregunta.
–¿Qué le falta a una dictadura para devenir en tiranía?
–Es una pregunta complicada; por eso recurrí a la IA y esta fue la respuesta: “Dictadura: Una dictadura surge cuando un individuo o un pequeño grupo adquiere el poder a través de la fuerza, típicamente mediante un golpe de estado. El dictador se convierte en el gobernante absoluto, controlando todos los poderes del Estado y suprimiendo cualquier forma de disidencia. El ejército y las fuerzas de seguridad suelen ser leales al dictador, proporcionando una base sólida para su poder. Características de una Dictadura: Llegada al poder por la fuerza. Control total sobre el Estado. Supresión de la disidencia. Uso del ejército para mantener el orden. Tiranía: A diferencia de las dictaduras, las tiranías surgen cuando un líder elegido democráticamente utiliza su posición para socavar las instituciones democráticas y consolidar el poder personal. Manipulan la Constitución, controlan los medios de comunicación y suprimen las voces disidentes. El apoyo popular inicial puede dar a los tiranos una apariencia de legitimidad, pero su régimen finalmente se caracteriza por la opresión y la violación de los derechos humanos. Características de una Tiranía: Elecciones democráticas iniciales. Manipulación de la Constitución. Control de los medios y supresión de la disidencia. Uso de fuerzas paramilitares para intimidar a los opositores”.
–¿Un personaje en la historia como María Corina Machado?
–Ella misma. Ya ella es una referencia histórica para el país.
–Como humorista, ¿de qué manera visualiza el futuro de Venezuela?
–Por la abundancia de gente buena, valiente y comprometida , lo veo esperanzador.
–¿Y cómo politólogo?
–Complicado.
–¿Cómo evalúa a la oposición venezolana?
–La oposición venezolana ha tenido altibajos. Es compleja porque en ella coexisten factores de diversas configuración ideológica y con distintas finalidades, incluso una oposición que se opone a la oposición. Sin embargo, en los últimos tiempos se alcanzó un proceso unitario ilusionante con gente muy comprometida.
–Asiduo lector de la Biblia, ¿un pasaje acorde con la coyuntura de Venezuela?
–Para todo hay un tiempo dice el Eclesiastés: tiempo de sembrar, tiempo de cosechar, tiempo de llorar, tiempo de reír.
–¿Existe el humor revolucionario?
–Yo diría más bien bulling.
–¿Será posible acabar con el sentido del humor del venezolano?
–Creo que el humor será lo último en acabarse.
–En todo caso, ¿hay alegría en el llanto?
–Hay alegría en el llanto, el llanto puede ser por una inmensa alegría. Pero también hay llanto en la alegría: “Ay cuantas veces al reír se llora…”.
De perfil
Laureano Márquez nació el 4 de julio de 1963 en el pueblo de Güimar, Tenerife, islas Canarias, España. Estudió Ciencias Políticas en la UCV, lo que influyó en su obra, ya que siempre se ha centrado en la crítica política. Durante los años ochenta y noventa fueç guionista y actor de Radio Rochela, de la cual salió en 1998 para dedicarse a escribir y actuar en diversas obras teatrales, como La Reconstituyente, Laureamor y Emidilio, entre otras. Por casi una década, estuvo en los “Jueves de Humor“, del programa radial Estamos en Kys. En 1996 realizó, junto a Emilio Lovera, el programa A primera vista, en RCTV. En 2004 participó en el programa Video Match, un reality show de humoristas latinoamericanos organizado por la televisora argentina Telefe. Allí fue galardonado con el primer lugar. Es columnista del diario TalCual. Actualmente reside en España
Caracas / Jolguer Rodríguez Costa