Noviembre es un mes de alegría, celebración y devoción para muchos zulianos. Ello en el marco de las festividades de la Virgen de La Chiquinquirá, que se conmemora cada 18 de noviembre.
La plazoleta de la Basílica, en Maracaibo, es lugar de encuentro para los devotos de esta advocación mariana, cuya fidelidad se ha expandido por toda Venezuela y en cualquier lugar del mundo donde esté un creyente de “La Chinita”.
Con oraciones, ofrendas y gaitas, todos comparten esta experiencia de fe y de gentilicio. Este año se celebran 313 años de la aparición, 125 de la Diócesis de Maracaibo y 80 de la coronación canónica de la Virgen.
“Seas o no creyente de la Virgen de Chiquinquirá, todo zuliano es hijo de ‘La Chinita’. Es la madre de Dios y la de Jesús, pero es la Reina Madre de nosotros. Nuestra reina y nuestro mayor símbolo de zulianidad”, expresó la joven Lizdania Andrade.
La nativa de Maracaibo precisó que personas de todos los rincones del país gozan de esta devoción, que incluso a ella le ha servido para ver materializar milagros.
“Si yo estoy viva es gracias a un milagro, por petición de mi mamá. Yo era muy gorda en el embarazo, era una niña muy grande y mi mamá tenía miedo de que yo no pudiera nacer. Nací en la semana 40, me pasé de gestación y cuando nací casi estaba muerta, pero viví. Fue gracias a la Virgen de Chiquinquirá”, relató la licenciada en Comunicación Social.
Añadió que en su vida adulta también ha encomendado muchos proyectos personales a la advocación y se le han cumplido gracias a sus creencias y su esfuerzo.
Más allá del gentilicio, la generosidad y nobleza de La Madre de Dios ocupa los corazones de muchos venezolanos.
Puerto La Cruz / Oriana García Rivas