Rusia continúa sus ataques contra la infraestructura civil ucraniana, en los que utiliza misiles cada vez más sofisticados y caros con escasos resultados, debido a los esfuerzos de Ucrania dirigidos a fortalecer la defensa antiaérea para proteger sus instalaciones civiles.
"El enemigo atacó esta noche Odesa con misiles supersónicos antibuque del tipo Onix, lanzados desde sistemas de misiles costeros Bastion emplazados la (anexionada península de) Crimea, temporalmente ocupada" por las fuerzas rusas, denunció hoy en Telegram el Comando operativo Sur del Ejército ucraniano.
Según el departamento militar, el ataque, durante el cual no se reportaron víctimas, alcanzó un hotel ubicado en una zona turística y un almacén de grano en las cercanías de este puerto, ubicado a orillas del mar Negro, además de daños a varias viviendas.
La jefa del centro de prensa del comando operativo Sur ucraniano, Natalia Gumeniuk, reconoció en un programa de la televisión ucraniana que el ataque de hoy fue llevado a cabo con misiles difíciles de derribar por la defensa antiaérea ucraniana ante la falta de logros en el frente de batalla.
Estimó que los misiles balísticos y supersónicos utilizados cada vez más por las fuerzas rusas son muy caros, algo que "no se corresponde con los resultados que pretenden alcanzar".
"Es evidente que el enemigo valora altamente nuestra capacidad de frenar las amenazas aéreas, en particular los drones (de fabricación iraní) Shahed. Ellos ven que nuestro trabajo es eficaz incluso cuando lanzan muchos y tratan de utilizar el tipo de arma que les permitan lograr sus objetivos", señaló.
Según Gumeniuk, la prioridad de los ataques rusos "es evidente, objetivos de la infraestructura portuaria", y se han tornado sistemáticos tras la retirada de Rusia de la iniciativa de exportación de grano del mar Negro.
Mientras, Moscú apuesta por el desarrollo de nuevos misiles: el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, visitó hoy la empresa Krasmash, que produce los misiles intercontinentales Sarmat tras el reciente anuncio del presidente ruso, Vladímir Putin, sobre el comienzo de la entrega de estos sistemas al Ejército ruso.
El titular de Defensa inspeccionó varios talleres de la empresa, encargada de la producción en serie de los misiles Sarmat (SS-X-30 Satan-2, según la OTAN), y capaces de portar 10-15 ojivas nucleares de guiado individual.
"El abastecimiento de las Fuerzas de Misiles Estratégicos con este sistema, que se convertirá en la base de la agrupación terrestre de las fuerzas estratégicas nucleares de Rusia, es una prioridad para garantizar la capacidad defensiva del país", declaró Shoigú.
Putin declaró el jueves pasado que Moscú ha terminado "prácticamente" el trabajo "con los más modernos tipos de armamento estratégico" que anunció en 2018, en particular el Sarmat, que según él, tiene un "alcance prácticamente ilimitado" y que convierte en "inútil" el escudo antimisiles de Estados Unidos.
En vistas a la táctica rusa dirigida a destruir la infraestructura civil ucraniana, la preparación para el próximo invierno se torna una tarea de primer orden para Kiev.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelesnki, llamó a priorizar "la protección de nuestras instalaciones energéticas, la restauración de todo lo dañado por los ataques rusos".
"Superar este invierno, vencer todas las dificultades y brindar protección a nuestro pueblo es muy importante", indicó, en un llamado a las autoridades locales a trabajar en este sentido.
El mandatario ucraniano alertó que "los terroristas rusos intentarán nuevamente este invierno de destruir nuestro sistema energético"
"Son incapaces de comprender que no doblegarán a Ucrania. Pero intentarán asestar más golpes e insistirán en sus intentos de superar nuestras defensas", indicó, al señalar que Kiev "es totalmente consciente de este peligro".
Zelenski recordó el acuerdo alcanzado con el canciller alemán Olaf Scholz en Granada sobre la entrega de una batería antimisil Patriot, que calificó de "un refuerzo considerable".
Ucrania / EFE