El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu anunció el domingo toques de queda nocturnos en unas 40 ciudades y pueblos duramente golpeados por el coronavirus, pero decidió no aplicar las recomendaciones para implementar cuarentenas totales tras una protesta airada de poderosos políticos religiosos.
Las medidas fueron anunciadas por la noche luego de horas de consultas con otros altos funcionarios. El gobierno ha sido obligado a tomar nuevas acciones luego de que no pudo contener un brote que ha cobrado más de 1.000 vidas y en el que las nuevas infecciones han alcanzado un nivel récord.
Se desconoce cuánto tiempo estarán vigentes los toques de queda, que comenzarán el lunes por la noche a las 7:00 p.m. y se extenderán hasta las 5 a.m. A la gente no se le permitirá alejarse más de 500 metros (546 yardas) de sus viviendas, y los negocios no esenciales tendrán que cerrar.
El anuncio fue efectuado cuando faltan menos de dos semanas para el Año Nuevo Judío. El brote ha generado preocupaciones de que el país pudiera verse obligado a declarar un confinamiento a nivel nacional durante el próximo feriado, en el que las familias suelen viajar y organizar grandes reuniones.
Bajo intensa presión pública, Netanyahu nombró en julio al doctor Ronni Gamzu, un respetado director de un hospital y exdirector del Ministerio de Salud, para que fuese el “director del proyecto del coronavirus” a nivel nacional.
Gamzu ha estado pidiendo una cuarentena total en las áreas que tienen los brotes más intensos. Estas ciudades más afectadas se ubican principalmente en las comunidades árabes de Israel y en las de judíos ultraortodoxos.
Pero los líderes ultraortodoxos han resistido firmemente las exhortaciones para efectuar confinamientos y amenazaron con no obedecer nuevas órdenes. Los partidos ortodoxos son aliados cruciales en la coalición de gobierno de Netanyahu.
Negociación
En una aparente solución negociada, el premier indicó que las áreas más afectadas tendrían toques de queda nocturnos, las escuelas serían cerradas y habría restricciones a las reuniones públicas, pero no se aplicó una cuarentena total.
“Sé que estas medidas no son fáciles, pero en las circunstancias actuales no hay forma de escapar de ellas", manifestó. “Seguiremos tomando medidas responsables que se requieren para proteger la salud pública, las vidas y la economía".
Israel había sido elogiado en la primavera por la manera en que manejó la crisis del virus en un principio, movilizándose con rapidez para cerrar las fronteras del país, y aparentemente tenía el brote bajo control.
Pero Netanyahu ha sido blanco de críticas por reabrir la economía con demasiada rapidez en mayo. Desde entonces los casos han alcanzado niveles récord, el gobierno ha sido culpado de manejar mal el resurgimiento de la enfermedad y el desempleo ha alcanzado cifras de dos dígitos.
Protestas
Las manifestaciones semanales contra el primer ministro por su juicio por corrupción se han ampliado para incluir protestas contra la forma en que ha manejado la crisis de salud y el dolor por los problemas económicos derivados de ella.
En total, Israel ha registrado casi 130.000 casos del virus, con más de 26.000 aún activos. Recientemente ha estado reportando unos 3.000 casos nuevos a diario.
Con base en la recomendación de Gamzu, las fuerzas armadas establecieron un equipo especial el mes pasado para controlar el brote. Su principal responsabilidad es encabezar el rastreo de contactos y romper las cadenas de contagios.
Jerusalén / Josef Federman / AP