“Vivimos en un país con gente conectada y desconectada a la vez”. Así lo afirmó Morella Alvarado, directora del Instituto de Investigación de la Comunicación, Ininco, este jueves 21 de julio en el marco del seminario “Conectados y desconectados”. La actividad tuvo lugar en la Universidad Central de Venezuela.
Alvarado dijo que, por un lado, está una población excluida y desconectada sin acceso a internet. Y por otro, una generación que cada día depende más de lo digital.
El evento del Ininco, donde se discutieron temas de conectividad, medios públicos, libertad de expresión, derecho a la información, clases presenciales, mujeres en procesos electorales y televisión, estuvo a cargo de investigadores y profesionales de la comunicación.
Alvarado sostuvo en medio de su ponencia “Ecosistema de medios en Venezuela: los medios públicos” que la política comunicacional del gobierno ha sido muy eficiente. Informó que en 1999 existían apenas 15 medios públicos. Y tres años después, la cifra pasó a 598.
“Antes de la llegada de la llamada revolución no había un medio impreso público en el país, salvo la imprenta nacional”.
La investigadora sentenció que, en condiciones normales, existen medios de comunicación estatales, oficiales, gubernamentales, privados, comunitarios y hasta personales ahora con las redes sociales.
Pero, en Venezuela, pareciera que todos estos se condensan bajo la misma hegemonía del gobierno.
“Nos salieron con esto de la artillería del pensamiento. Antes que llegara Hugo Chávez al poder, en Venezuela ya había medios comunitarios, pero el oficialismo les dio protagonismo para convertir a la mayoría en canales de propaganda política”, comentó.
Sostuvo que Venezuela es uno de los pocos países en el mundo donde hay medios de comunicación controlados por militares.
Para Alvarado, los medios en Venezuela son sinónimos de opacidad y violaciones sistemáticas a la libertad de expresión y de información.
En su exposición “La información salva vidas: Situación del derecho humano a la información en Venezuela”, la profesora y periodista Luisa Torrealba indicó que el manejo oficial del reporte de enfermos y muertos de coronavirus en Venezuela es una muestra de lo manipulable que puede ser la comunicación.
La periodista manifestó que para nadie es un secreto que las cifras de pacientes y decesos por COVID-19 que arroja el gobierno de Nicolás Maduro no coinciden siquiera con las de Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
Tampoco se corresponden con las emanadas de ONG y medios de comunicación independientes.
Torrealba recordó que el acceso a la información es un derecho que está estipulado en Venezuela.: “Y algo que puede ayudar a la ciudadanía, una especie de servicio que puede resolver algo tan simple como que vía toma un conductor para no toparse con tráfico”.
Torrealba cuestionó que la Ley de Transparencia y Acceso a la Información de Interés Público, aprobada por la Asamblea Nacional en septiembre de 2021, exima al Estado cuando este considere que hay una amenaza socioeconómica.
“¿Quién decide eso?”, se preguntó. Al mismo tiempo, criticó el proyecto de Ley para el Ejercicio del Periodismo. “Es algo que sin duda traerá más consecuencias negativas para la práctica de la profesión”.
“En Venezuela no existe la televisión”. Con esa frase lapidaria dicha por uno de los encuestados, el escritor Martin Hahn, comenzó la exposición de su ponencia “De Obitel a Vivir y Convivir en Venezuela”. Hahn indicó que la pospandemia eliminó la producción televisiva en Venezuela en un 95%.
“En la pandemia hubo congelación de la producción a nivel mundial y Venezuela, por supuesto, no fue la excepción”, acotó.
Hahn sostuvo que pese a que existen 21 canales de TV abierta, 19 regionales y 21 comunitarios (6 de ellos subsidiados por el Estado), la oferta de televisión abierta en Venezuela es cada vez más pobre.
“Son canales que transmiten contenidos que no les ponen en peligro frente a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel)”, destacó.
El escritor de TV sostuvo que uno de los problemas de la producción televisiva es el control exagerado que ejerce Conatel.
“Hay poca inversión en la generación de nuevos contenidos y lo escaso que se produce carece de calidad competitiva. A las nuevas generaciones no les llama la atención la TV, ven eso como algo obsoleto”.
Hahn sostuvo que en Venezuela, las telenovelas llegaron a ser el segundo producto de exportación después del petróleo.
“Un canal como Televisa en México invierte alrededor de 6 millones de dólares por telenovelas de 120 capítulos y posteriormente recaba la bicoca de $170 millones”, detalló.
El escritor puso como ejemplo de producción nacional a la actual serie que se transmite por Youtube y redes sociales “Vivir y Convivir en Venezuela”.
“Es algo que hacemos con un teléfono celular y lo que buscamos es reflejar la realidad del venezolano, pero partiendo desde el humor”.
La periodista Mariana Bacalao abrió el seminario con su exposición “Competencias digitales en jóvenes estudiantes de tercer año”.
Bacalao sostuvo que, para efectuar el estudio, se tomaron en cuenta cuatro dimensiones: instrumental y tecnológica, socio-cultural, estética comunicacional y dimensión ciudadana.
“Los testimonios que conseguimos demuestran una enorme resiliencia, capacidad de acoplarse más allá de la pandemia. La educación es un elemento transversal que lo toca todo, desde el tema de la alimentación hasta el buen dormir”, dijo la investigadora.
Bacalao sostuvo que para la investigación se evaluaron a jóvenes entre 14 y 16 años. Así mismo, a representantes y docentes en Distrito Capital, Miranda y Vargas, entre el 17 de enero y el 18 de febrero de este año. “En total, fueron 124 consultados”.
La investigadora sentenció que el regreso presencial a clases fue difícil, especialmente en las instituciones públicas por el transporte, los servicios y la alimentación.
“Había un consenso entre los alumnos en querer regresar a clases y salir del encierro y los padres no estaban muy convencidos”.
Informó que entre enero y febrero de este año, el promedio de clases por semana era de una a dos.
“Los alumnos sentenciaron que no recibían clases como tal, sino que iban a aclarar dudas. Hay un reconocimiento de parte de ellos de que la educación que recibieron durante la cuarentena fue pésima".
Agregó que tanto padres como estudiantes afirmaron que aprendieron más de tecnología mientras se efectuaba el "supuesto programa de clases on line".
Por otra parte, manifestó que en las escuelas públicas se nota más el éxodo de profesores y las condiciones indeseables de infraestructura.
“El sueldo mensual de un maestro para esa época que hicimos el estudio era de entre 10 y 20 dólares”, precisó.
Indicó que, de acuerdo con la investigación, un alumno gastaba un promedio de 20 dólares mensuales en cuestiones de conectividad.
“El internet deficiente es común entre las escuelas públicas y privadas. Los representantes y alumnos hacen malabarismo tecnológico y lo llevan a cabo con éxito”, resaltó Bacalao.
La periodista también expresó que hay una "profunda ignorancia" en cuanto a seguridad digital.
“Facebook es la red social favorita entre sectores populares, porque permite hablar por chats privados y eso les otorga más tranquilidad tanto a representantes como a alumnos”, apuntó.
Bacalao mencionó además que, en una encuesta, se preguntó a los estudiantes qué tipo de aplicación para teléfonos inteligentes les gustaría tener.
“Indicaron que una App que facilite conseguir trabajos a jóvenes, otra que ayude a escoger una carrera universitaria y una para hacer tareas”, especificó.
Para la periodista e investigadora Maruja Dagnino, si el exjerarca del Miss Venezuela, Osmel Sousa y la influencer Titina Penzini no hubiesen hecho público en sus respectivas redes sociales la concurrencia a una fiesta en un Tepuy en Canaima, el asunto hubiese pasado debajo de la mesa.
En su exposición “Odio en la cima: la fiesta de los resentimientos”, Dagnino dijo, que a partir de allí, comenzó otra fiesta: la del resentimiento.
Informó que a raíz de la fiesta en Canaima, en redes sociales se contabilizaron 32 mensajes descalificadores y 24 adjetivos calificativos.
La periodista sostuvo que el odio como expresión humana es libre. “Luego tenemos otra cosa que es el discurso de odio, que también es libre, porque está amparado en la libertad de expresión”.
Dagnino criticó la Ley del Odio promovida por el chavismo y sostuvo que un mensaje de odio puede ser considerado como un crimen si este tiene una consecuencia, de lo contrario, no.
“Un derecho humano no debe ser castigado con el atropello a otro, que es el de la libertad de expresión, lo que debemos hacer para repeler el odio es construir mensajes de paz”, recomendó.
De acuerdo con una investigación realizada por María Fernanda Madriz, de 128 horas que se transmitieron en medios de comunicación durante las pasadas elecciones regionales de 2021, solo 23 tuvieron que ver con mujeres.
La investigadora del Ininco y licenciada en artes dijo en el marco de su ponencia “Lo femenino en clave electoral” que la preferencia de género sigue imperando en la cobertura y desarrollo de los procesos electorales en Venezuela.
“Dentro del proyecto opositor hay áreas en las que no se postuló a una sola mujer, pareciera que el oficialismo tiene más claro reconocer el tema de género”, sostuvo.
Madriz informó que de 358 aspirantes a cargos en los comicios del pasado 21 de noviembre, 67 fueron mujeres, 11 de 86 tuvieron aspiración a ser gobernadoras, 41 de 177 para alcaldías y 11 de 25 a cargos de concejales.
La investigadora informó que, para el estudio, se evaluaron 381 horas de productos electorales, más de 11.371 piezas y 1.727 actores o fuentes fueron observadas.
También, se analizaron los contenidos de cuatro televisoras, tres emisoras de radios, tres periódicos y tres páginas web.
“En la campaña electoral, por un lado vimos, que hay un reconocimiento al esfuerzo femenino, y por el otro, se explota este. Todos los eventos del chavismo abrieron con una mujer, es un libreto del proyecto oficial para dar sensación de que se está incluyendo a la mujer en el proyecto político”.
El Instituto de Investigación de la Comunicación (Ininco) es un ente adscrito a la Universidad Central de Venezuela fundado en 1974 por el periodista, escritor y profesor Antonio Pascuali.
Caracas / Runrunes