Vecinos de las calles Democracia y Urdaneta del sector Guamachito de Barcelona denuncian que se sienten abandonados, debido a que allí los servicios empeoran cada día que pasa.
El deterioro de la vialidad es uno de los problemas más visibles, sobre todo el tramo que se extiende por la parte trasera del estadio de béisbol, a una cuadra de la avenida Argimiro Gabaldón, antigua Vía Alterna.
La vecina Lisbeth Cabrera dijo que una cuadrilla de trabajadores, al parecer de la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe), rompió esa calle hace más de 10 años, a fin de colocar una tubería de aguas blancas, pero quedaron con más fallas de las que fueron a solucionar.
“Esto es un polvero que lo que genera es enfermedades. Esos trabajadores hicieron un mal trabajo y se fueron. Una vez vino una gente a asfaltar y dijo que no podían porque, aparte que le metieron mangueras de riego en vez de tubería, están por encima del nivel y si raspan la calle para asfaltar, se rompen”, expresó.
Otra de las irregularidades son dos tuberías de agua rotas en medio de la vía y el desabastecimiento del líquido que sufre más de la mitad de los habitantes del sector, quienes tienen que cargar el recurso hídrico desde tomas improvisadas ubicadas al frente de viviendas cercanas a la avenida.
Cloacas
Como “animales” dijo vivir la residente Elías Cabrera debido al desbordamiento de las cloacas en ambas calles, puesto que para entrar y salir de su casa tiene que colocar una viga metálica como rampa, que quita antes de que cualquier delincuente se la robe.
“Tenemos las aguas negras en el frente, en el patio, por todos lados, porque no han limpiado el arroyo que ayuda a drenar. Esto produce plagas, ratas y cualquier cantidad de bichos”, señaló.
Según la moradora Damelis Prado, no hay un consejo comunal que los represente y que lleve formalmente las quejas ante las instancias necesarias.
“En nombre de mis vecinos exijo como prioridad asfalto y el embaulamiento del arroyo que es lo que más nos afecta. Estamos pidiendo auxilio, porque estamos bajo la misericordia de Dios”, expresó.
La sexagenaria Celestina Centeno aseguró que las autoridades no pasan por esas calles ni en tiempos de campaña electoral.
“Desde hace más de cuatro años las rejillas de la cuneta que desemboca en el arroyo, en la calle Urdaneta, empezaron a romperse por el paso del camión del aseo, y los malandros se aprovechan de eso y se las han ido robando, ya quedan solo dos. Los carros deben pasar por un canal muy angosto y con el riesgo de que los cauchos se rompan por las vigas levantadas. Hemos hecho llamados y nadie nos presta atención”, recalcó.
También comentó que en ambas vías hace falta alumbrado público, por lo que solicitó una intervención completa.
Barcelona / Elisa Gómez