En el último lustro, más de cinco millones de venezolanos han emigrado del país, de acuerdo con los números de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Muchos de ellos han salido por razones económicas para asentarse en varias partes del mundo, principalmente en Latinoamérica, entre cuyas naciones es Argentina una de las que más los ha acogido con unos 170 mil connacionales, según la Organización Internacional de Migraciones.
Además de trabajar o estudiar en busca de un mejor porvenir, cerca de Buenos Aires, en la localidad de Mar del Plata, un grupo de inmigrantes venezolanos encuentra momentos para la práctica deportiva, la de una discplina que es no muy popular fuera de Estados Unidos: el fútbol americano.
Allí tiene su radio de acción la FootballAmericanoMDQ, asociación en la que cuatro nativos de Venezuela hacen vida, fomentando la masificación de este deporte que ya ha tomado arraigo en Argentina, pues ya se han disputado campeonatos nacionales, como el recién celebrado en Paraná, donde la selección marplantense finalizó en el segundo lugar.
Richard Moreno, Elvis Rodríguez y los hermanos Carlos y Cruz Duno, quienes partieron desde diferentes ciudades del territorio nacional rumno al cono sur del continente, encontraron una manera de compartir experiencias a través del fútbol americano.
"Emigré a los 18 años, porque era joven y necesitaba hacer cosas. Primero fui a Perú, hasta que unos amigos me dijeron para ir a Argentina. Estuve un rato trabajando en una verdulería y cada jueves, después del trabajo, salía a jugar fútbol con los amigos", contó Elvis Rodríguez, portugueseño que cuando llegó a Mar del Plata no sabía nada de fútbol americano, más allá de lo que había visto en la NFL.
"Me sirve para pensar en otra cosa y olvidarme de las presiones, del alquiler, de las deudas, de todo", afirmó.
Dos de las personas que más influyeron para que Elvis empezara a practicar este deporte fueron los hermanos Duno, oriundos de Valencia, aficionados al juego de la pelota ovalada por vivir años en Estados Unidos hasta que, en 2018, arribaron a Argentina.
"Cuando llegué acá busqué actividades para hacer y vi un anuncio en una página de Facebook sobre la liga. Fui, hice las pruebas y ahí empezó mi vida en este juego", relató Cruz, de 27 años, quien al igual que Rodríguez, ha tenido diversos "laburos" desde que emigró.
A diferencia del fútbol americano de Estados Unidos, allí se disputa en la modalidad flag, la cual es de menos contacto físico, se disputa cinco contra cinco y consta de dos tiempos de 20 minutos sin interrupciones, excepto en los dos minutos finales. Así lo explicó el argentino Javier Papagni, quien es entrenador y quarter back a la vez.
"Sabemos que no es tan común, pero nosotros nos reunimos para hacer esta actividad. Es una movida que está creciendo. El sueño es jugar equipado, aunque por cuestiones económicas no es muy posible", agregó el también profesor de Educación Física.
Las dificultades económicas no impidieron que una selección marplatense conformada por tres venezolanos (los hermanos Duno y Rodríguez) fuese a la ciudad de Paraná, donde obtuvo el subcampeonato. Pese a caer en la final ante Conquistadores de Buenos Aires, los jugadores nacionales tuvieron la dicha de compartir con compatriotas que integraron el elenco rival.
"Llegar a Paraná y conseguirnos con otro equipo que tenía cinco venezolanos fue una sorpresa y no solo eso, sino que ambos conjuntos llegamos al partido final, una alegría para todos. Fue un duelo épico, pero salimos como amigos. Ahora nos escribimos siempre para encontrarnos en otro torneo", manifestó Carlos Duno.
Aunque no pudo asistir a ese nacional, un anzoatiguense también hace vida en esa asociación. Se trata del barcelonés Richard Moreno, quien emigró a Argentina en 2018 y compagina sus estudios de Ingeniería Eléctrica con su trabajo de delivery.
"Antes de ir a la primera práctica nunca había jugado fútbol americano, pero sí me llamaba la atención. Me gustó y me ayuda para salir de la rutina. Adaptarse al equipo no fue difícil, porque tengo buenos compañeros, dispuestos a pasarla bien. Lo complicado fue aprenderse todas las reglas y los parámetros a tomar en cuenta", señaló.
"Lo que me encanta es el nivel táctico que requiere, porque básicamente es un ajedrez humano", dijo Papagni.
"Es un juego bastante completo. No es solo golpes como piensa todo el mundo. Llevar el balón a la línea de touch es más complicado de lo que parece. Todos los movimientos hay que hacerlos a la perfección", resaltó Moreno.
El fútbol americano en Argentina todavía es un deporte amateur, a diferencia de otros con mayor tradición como el fútbol, el baloncesto, el tenis o el rugby, este último muy similar en sus características. Sin embargo, el interés de personas que fomentan su desarrollo en el cono sur es que algún día se conforme una selección nacional que pueda participar en torneos internacionales, como en los Juegos Olímpicos, dado que la NFL apoya el hecho de que la modalidad flag ingrese al programa en Los Ángeles 2028.
Puerto La Cruz / Alejandro Jesús Fernández