A finales de la semana pasada, el gobierno nacional dijo que adoptará un plan de fiscalización para frenar la “especulación criminal”, por lo cual anunció el inicio del control de precios en mercados del país, la intervención de la empresa Coposa y la venta supervisada de los productos de Empresas Polar, Plumrose y el matadero de Turmero, estado Aragua.
Sin embargo, a juicio de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras), las medidas previstas sólo agudizarán la crisis económica, afectarán el rendimiento de las industrias, provocarán desabastecimiento en expendios y desatarán el sobreprecio en el comercio informal.
Marco Tulio Salazar, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras) en el estado Anzoátegui, aseguró que los controles asomados por el Ejecutivo no superan las expectativas del sector privado que esperaba estrategias realmente alentadoras para aplacar la crisis que ya existía antes de la pandemia.
“El gobierno sigue tropezando con la misma piedra y no termina de entender que acciones de este tipo, aplicadas en otro tiempo, fueron las que originaron el derrumbe de empresas.
Cuando se habla de fijación de precios se desaparecen los productos de los anaqueles para aparecer en poder de los usureros que popularmente conocemos como bachaqueros”, manifestó Salazar.
Medidas acertadas
El gremialista indicó que una de las medidas que se deberían adoptar es la reapertura de establecimientos comerciales que no son de primera necesidad, manteniendo el riguroso cumplimiento de los parámetros de seguridad para ayudarles a recuperar ingresos.
“Sí países que han tenido cifras exponenciales de Covid-19 ya están abriendo sus puertas, no entendemos por qué en Venezuela, que presenta bajo índice de contagios y fallecidos, según el gobierno, no se les permite a los comerciantes abrir sus locales”.
Añadió que si el Ejecutivo no busca mecanismos acertados en cuanto a la actividad económica y el salario de los venezolanos se podría desencadenar la furia de la población que ya ha salido a las calles a protestar por alimentos y a intentar el saqueo de negocios.
Milena Pérez / Barcelona
