Familiares de los reclusos del Internado Judicial José Antonio Anzoátegui, en el sector Puente Ayala de Barcelona, se mantuvieron a las afueras del retén desde el día de ayer (lunes 30/10), hasta las 2:00 de la madrugada de este martes, en espera de información sobre los reos. Sin embargo, las autoridades no se acercaron a ofrecerles ninguna indicación.
Aproximadamente a las 6:00 de la mañana del día de hoy (martes 31/10), los parientes regresaron al sitio. Su permanencia en el lugar no causó ninguna presión a la comisión de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que se encontraba dentro del retén. Las personas que se ubican fuera del reclusorio y las autoridades que se mantienen en el interior, han mantenido el orden y la calma.
Alrededor de 100 personas se han acercado al lugar. A las 9:30 de la mañana, aún no tenían ninguna respuesta. Gregoria Ortíz, familiar, comentó que esperaba que se colgara un listado que indicara cuáles fueron los privados de libertad que salieron del retén y quiénes habían sido trasladados a otro centro penitenciario.
Fue a las 10:30 de la mañana, cuando dos guardias se dirigieron a ellos y solicitaron que escribieran el nombre, apellido y cédula de sus presidiarios, para confirmar e indicarles si se encontraban dentro del reclusorio.
Hasta la publicación de esta nota, familiares continuaban esperando información y respuestas acerca de los presos.
Tras la intervención de las autoridades al centro penitenciario, el acceso a la zona fue restringido. Según explicaron habitantes de comunidades cercanas, volvieron a habilitar el paso a las 5:00 de la tarde.
Adultos mayores se angustiaron la mañana de ayer, cuando inició el operativo militar. Nancy Guzmán, habitante del sector Pumarrosa de Barcelona, ubicado aproximadamente a cuatro cuadras del retén, comentó que al escuchar los helicópteros se colmó de nervios.
“Tenía miedo. Vi pasar unidades policiales y me angustiaba que pudiera iniciarse una batalla de disparos en cualquier momento.”, declaró.
Mercedes Rodríguez, residente en la misma zona, agregó que aunque están acostumbrados a ver patrullas policiales por la zona, durante el día de ayer hubo mucha más movilización.
En comunidades más cercanas al retén, como la calle Primero de Mayo del sector Puente Ayala, los habitantes aseguraron que es muy común el bullicio y el desorden en el centro penitenciario. “Cualquier día se escuchan disparos como si estuvieran lanzando cohetes un 24 o 31 de diciembre”, declaró Juan García, residente de la zona.
Agregó que dentro del internado hacen fiestas y crían animales. Los vecinos han aprendido a vivir con normalidad en esta zona. Aunque se ubican cerca de la cárcel, explicaron que el “desorden” que se presenta dentro de éste, no ha perjudicado a los de afuera.
Barcelona / Rubmar Perdomo