Faltando menos de tres meses para la toma de posesión presidencial, la crisis política derivada de los comicios del 28 de julio (28-J) parece estar lejos de llegar a su fin, aunque, desde la trinchera gubernamental no existe duda de que el actual jefe de Estado, Nicolás Maduro, será investido para su tercer mandato.
Del lado de la oposición, la persecución y la arremetida desatada contra su dirigencia en los últimos dos meses, parece haber marcado un repliegue que podría extenderse más allá del 10 de enero, fecha prevista para el acto de juramentación en el parlamento.
Las concentraciones y acciones de calle que durante la campaña electoral estuvieron encabezadas por la dirigente de Vente Venezuela (VV), María Corina Machado y tuvieron una masiva participación de la población, se han visto reducidas a actos de mucha menor envergadura y sin la asistencia de dirigentes partidistas de peso, en medio una ola represiva que ha dejado, según la ONG Foro Penal, 1 mil 768 presos políticos, entre los cuales se encuentran 70 adolescentes de 14 a 17 años.
Especialistas consultados por El Tiempo se muestran divididos sobre la idea de que, detrás de la desmovilización provocada por las medidas restrictivas del chavismo, la oposición esté desarrollando estrategias para sortear un escenario actualmente plagado de incertidumbre y con muchas variables en juego.
El consultor político y abogado, Aldo de Santis, apuesta a que el liderazgo político, a pesar de la represión, retome protagonismo y regrese a las calles, un punto que considera crucial.
“Espero que la oposición no esté replegada en enero de 2025 y que el momento que vive Venezuela obligue al liderazgo a asumir con valentía y arrojo, la necesidad de acción política en la calles. El pueblo venezolano va a querer ver el liderazgo político accionando”, agregó De Santis.
El consultor e investigador en Gerencia Pública, Raniero Cassoni considera que hay que impulsar también algunas luchas dentro del país pero “sin arriesgar a la ciudadanía”.
“Se trata de luchas que sirvan de protesta y generen presión”, agregó.
Un intento reciente de retomar las calles, en medio de las amenazas de los cuerpos de seguridad y el temor de la población a nuevas detenciones, fueron las llamadas acciones de “enjambre”, propuestas a finales del mes pasado por Machado.
El “enjambre” es una forma de movilización en la que grupos pequeños de personas -alrededor de 40-, se reúnen por breve lapso de tiempo para leer y hacer visibles, en espacios públicos, las actas entregadas a los testigos de las mesas de votación durante los comicios del 28-J, que dieron como ganador al candidato de la MUD, Edmundo González con 67 % de los sufragios.
Machado llamó a los más de 69 mil comanditos que funcionaron durante las elecciones a activarse para comunicarse a través de redes, la aplicación Whatsaap o boca a boca, para definir dónde y cómo hacer las protestas de rápida convocatoria y de forma coordinada y segura.
Las movilizaciones de “enjambre” realizadas el 28 de septiembre, según algunos sectores, no fueron tan numerosas. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (Ovcs) que contabilizó más de 100 acciones de calle ese día -más de un tercio de las 290 protestas registradas en todo el mes- reivindicó en su más reciente informe la disposición de grupos opositores “a manifestarse utilizando tácticas creativas y movilizándose de manera rápida y estratégica” a pesar de las restricciones.
De Santis consideró que iniciativas como “el enjambre de organización y comunicación son útiles en los actuales momentos”.
No obstante el especialista advirtió que de cara a diciembre de 2024 y en especial, para enero de 2025, “hace falta que el liderazgo esté presente en las calles de Venezuela”.
“Es necesario que los partidos políticos entiendan que el 10 de enero es un momento único, y que el venezolano espera que haya ‘dirigencia que dirija gente’, porque en caso contrario el proceso de frustración en la política venezolana será muy duro y difícil de manejar”, agregó el experto.
Desde el 28-J y hasta el presente, más de 80 activistas de distintos partidos políticos fueron detenidos o han sido víctimas de desapariciones forzadas.
Vente Venezuela contabiliza un total de 154 políticos presos -distribuidos en 19 organizaciones- desde las presidenciales. Sólo la tolda liderada por María Corina Machado -quien se encuentra bajo resguardo-, cuenta con 41 activistas privados de libertad.
Mientras, el dirigente de Primero Justicia (PJ), Juan Pablo Guanipa, cifró en 30 el número de integrantes del partido detenidos.
La arremetida contra las agrupaciones políticas ha arreciado en las últimas semanas -las más recientes fueron las capturas del alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez Colina (PJ) y el coordinador de VV en Anaco, Anzoátegui, Julio Itriago, ambos el 1 de octubre.
De Santis, confía, no obstante, en que existe una estrategia en la oposición que puede generar resultados en los próximos meses.
“Eso no significa que sea en lo inmediato. Para el mes de enero, creo que la inacción que existe en este momento puede ser muy riesgosa porque puede alejar la esperanza de en los venezolanos de tener un cambio político”.
Apunta que el “resguardo de la dirigencia política es completamente válido y comprensible”.
“Pero si la oposición quiere que enero sea el comienzo del cambio político en Venezuela, el liderazgo político tiene que asumir la vanguardia de dirigir al país en ese camino, y para eso hace falta acción política que no puede ser toda desde el resguardo y las redes sociales”, acotó De Santis.
Caracas / Redacción Web
