Aun cuando se ha notado una mejoría en la situación económica, se siguen registrando altos niveles de inflación en el territorio nacional.
No obstante, este panorama de distorsión de la economía no ha sido obstáculo para que se esté evidenciando un resurgir de las bodegas en los diferentes sectores del área metropolitana del estado Anzoátegui.
¡Sí! Muchos de esos pequeños negocios que entre los años 2016 y 2019 estuvieron cerrados o simplemente desolados porque no vendían casi productos, actualmente se encuentran notablemente abastecidos y con un alto flujo diario de clientes.
Incluso, ahora en la mayoría de las bodegas se puede pagar con punto de venta bancario y hasta con la modalidad Biopago (operaciones con la huella dactilar), algo que hace cinco años era impensable.
Estos comercios volvieron con tanta fuerza que ahora no sólo ofrecen los alimentos básicos como harina de maíz, leche, azúcar o margarina, sino que también tienen a disposición productos de aseo personal, medicamentos comunes para tratar el malestar general, embutidos y hasta tintes para el cabello.
El comerciante Manuel Hernández es uno de los tantos ciudadanos que, al notar que la situación económica del país no daba señales de mejoría, prefirió cerrar una de sus bodegas, ubicada en el sector Álvarez Bajares, en el municipio Bolívar, debido a que la actividad del recinto no le generaba suficientes ganancias.
Merma
El presidente de Fetranzoátegui, Tito Barrero, aseguró que varios comerciantes informales que hacían vida en el sector La Chica o el bulevar 5 de Julio de Barcelona optaron por vender su mercancía ahora en sus casa, porque allí tienen mayor seguridad y comodidad. "Además es menos gasto y no tienen que caminar con un tarantín", acotó.
"Retomé el negocio porque he visto que la cosa ha mejorado un poco y como que se está emparejando la situación", expresó.
Sin embargo, el comerciante reconoce que aun cuando ahora es más factible, que hace cinco años, mantener una bodega, de igual forma debe "caminar bastante" para conseguir mercancía "a buen precio".
"Hay que caminar bastante, pero sí se consiguen productos más económicos, sí se puede mantener una bodega y siempre va quedando algo de ganancia", acotó.
A diferencia Hernández, quien retomó su antiguo negocio, la señora Magnolia Rodríguez creó una bodega en un espacio de su casa, situada en Los Jardines, en Puerto La Cruz, hace apenas un año, cuando se vivía con fuerza la pandemia de Covid-19 en el país.
Relató que tomó esa decisión porque se encontraba desempleada y su esposo fue jubilado de su trabajo de toda la vida, entonces decidieron invertir el dinero que tenían ahorrado para establecer un pequeño comercio dentro de su propio hogar.
"Con el dinero ahorrado, más lo que recibió mi esposo por su jubilación, compramos algunos alimentos y empezamos a vender en marzo de 2021. Al principio estuvimos trabajando con un punto de venta bancario alquilado porque no teníamos el dinero para comprar uno propio, sin embargo, con el paso del tiempo reunimos y adquirimos uno, ya que por el alquiler nos quitaban 10% de lo que generábamos, eso era demasiado. Ahora con el punto de venta propio el banco sólo nos cobra 1,35% de los que se venda", contó.
Hizo énfasis en que esta actividad comercial no genera más de 50% en ganancias, por lo cual no se pueden contratar personas para atender el lugar.
"Se atiende con la ayuda de familiares porque de verdad a veces no entra mucho dinero. Es difícil mantener una bodega, pero siempre hay que buscar la estrategia. Por ejemplo, antes comprábamos una caja de aceite, pero aumentó mucho de precio, entonces ahora compramos media o algunos envases de forma detallada para seguir ofreciendo este rubro", explicó.
Al ser consultado sobre el tema, el presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores del estado Anzoátegui (Fetranzoátegui), Tito Barrero, señaló que abrir una bodega es una de las primeras opciones por la cual se decantan los empleados que dejan sus trabajos formales.
¿El motivo? El dirigente gremial indicó que la principal razón por la cual eligen esta alternativa es que "con la venta de alimentos no se pierde".
"La gente compra en bodegas porque además se ahorra en pasaje. En una calle de un sector popular hay hasta tres bodegas en la actualidad", añadió.
Barrero coincidió con la comerciante Magnolia Rodríguez en relación a que estos pequeños recintos son atendidos, en su mayoría, por parientes y se hallan instalados en las propias casas de los dueños.
El resurgir de las bodegas ha causado más comentarios a favor que en contra.
"Yo estoy feliz de que hayan regresado las bodegas y así surtidas, porque hubo un tiempo en el que uno no podía resolver en su comunidad si faltaba algo en la casa, sin tener que ir al mercado otra vez", comentó el señor Jorge González, quien habita en la zona rural del municipio Sotillo.
Para la enfermera Geraldine Ramírez lo más positivo de la vuelta de estos pequeños locales es que ahora cuentan con más facilidades para pagar los productos.
"Lo que más me gusta es que la mayoría tiene punto de venta y si no, al menos te dejan hacer un pago móvil. Antes todo era efectivo y para nadie es secreto que ahorita el efectivo es sagrado y sobre todo se usa para pagar pasaje", manifestó.
Puerto La Cruz / Jesús Bermúdez Pino