Más de cinco años. Es el tiempo que tienen unas 97 familias de las calles El Milagro, Bella Vista y Santa Rita del sector 2 de Barrio Colombia, en Barcelona, en espera de que las autoridades competentes se aboquen a la sustitución de un transformador dañado, lo cual los mantiene sin energía 220v.
"Estamos a puro ventilador, ya no hayamos de qué manera hacer la solicitud. La junta comunal dice que eso está aprobado, pero nunca lo mandan. Así como esto, hay muchas cosas en espera", expresó Guillermina Barrios.
Otro de los residentes, quien prefirió mantener su nombre en el anonimato, comentó que desde enero ha reportado el problema por la línea 58 del VenApp que maneja el gobierno nacional para asignar la solución al organismo competente, pero nadie se ha acercado.
"Me han llamado como dos o tres veces de Caracas para preguntarme a ver si me dieron respuesta y nada. En esta zona también pusieron, hace años, un poste auxiliar para un banco de transformadores con el propósito de aliviar las cargas y resulta que nunca trajeron los equipos. No sé qué es lo que sucede", resaltó el vecino.
Por otro lado, los habitantes solicitaron que le presten atención a la cancha del sector, la cual tiene toda la estructura construida pero le falta techo y cerca de alfajol.
"Yo tengo 24 años aquí y siempre ha estado en esas condiciones. Ahí juegan los niños de noche para evitar el sol, la misma comunidad le colocó alumbrado. Así también se encuentra el módulo de salud que trabaja a medias con las especialidades de Medicina General y Odontología debido a que cuenta con las condiciones adecuadas", resaltó Barrios.
Los vecinos también comentaron que al lado de la cancha hay un terreno en el cual está proyectada la construcción de un Simoncito, pero tienen años esperando por la ejecución de ese proyecto.
Para culminar, solicitaron que mejoren la distribución de agua potable porque pasan hasta dos meses sin ser abastecido por la tubería y deben recurrir a los camiones cisternas. Igualmente instaron a las autoridades a que corregir, de forma definitiva, el colapso de las cloacas.
Barcelona / Elisa Gómez
