Chris Froome dejó prácticamente sentenciada su victoria el sábado en el Giro de Italia al mantener a raya al único rival de cuidado que le quedaba en el último ascenso de la ronda de tres semanas.
El cuatro veces campeón del Tour de Francia saldrá con una ventaja de 40 segundos sobre Tom Dumoulin en la ruta hacia Roma, un tramo que es básicamente una procesión. El británico se consagraría en su tercera vuelta grande consecutiva, con lo que emularía los logros de los legendarios Eddy Merckx y Bernard Hinault.
“Aún no está decidida, pero la batalla ha terminado”, dijo Froome. “Es una sensación increíble, porque que hace dos días estaba cuarto”.
Froome se apoderó de la casaca rosa de líder el día previo con un audaz ataque en solitario de 80 kilómetros, escalando del cuarto lugar general y borrar una desventaja de más de tres minutos.
El sábado, Dumoulin atacó a Froome en múltiples ocasiones en el último puerto de montaña del trayecto de 214 kilómetros (133 millas) entre Susa y Cervinia. Pero Froome supo neutralizar cada uno de los cinco intentos. Luego del quinto ataque de Dumoulin, el británico respondió con su propia acelerada y dejó atrás a Dumoulin brevemente.
Dumoulin se rezagó más cerca de la meta, cruzando seis segundos detrás de Froome.
"Ha sido más fuerte que yo estos últimos días, pero no me reprocho nada”, dijo el holandés. "He dado todo lo que tenía”.
El español Mikel Nieve, del equipo Mitchelton-Scott, se alzó con el triunfo en la etapa del sábado, luego de una prolongada fuga en solitario para festejar su 34to cumpleaños. Fue escoltado por el holandés Robert Gesink, con un retraso de 2:17, y el austríaco Felix Grossschartner, 2:42 detrás.
Fue algo de consuelo para Mitchelton-Scott, cuyo líder Simon Yates perdió el liderato general el viernes.
“Tras lo ocurrido ayer, era muy importante para nuestro equipo redimirse con una victoria de etapa”, declaró Nieve tras la quinta victoria del equipo en la carrera. “Y no hubiera soñado un mejor cumpleaños”.
Froome llegó séptimo, justo detrás del holandés Wout Poels, su compañero en el equipo Sky.
Thibaut Pinot inició la jornada en el tercer puesto de la general, pero el francés quedó descolgado en el penúltimo ascenso y ello abrió la puerta para que el colombiano Miguel Ángel López (Movistar) se apoderase de la última plaza en el podio, a 4:57 de Froome.
"Este Giro es brutal, fíjense en lo que le pasó a Pinot hoy”, comentó Froome.
El ecuatoriano Richard Carapaz (Astana) subió al cuarto puesto general, a 5:44 del líder.
Froome hizo el doblete Tour de Francia-Vuelta de España el año pasado y ahora va por su tercera victoria seguida en un Grand Tour conh el Giro.
Solo dos corredores han logrado semejante proeza, ganar tres o más Grand Tours consecutivos. Merckx se impuso en cuatro seguidos entre 1972 y 1973. Hinault se llevó tres seguidos entre 1982 y 1983.
Froome llegó al Giro cargado de ilusión, pero no había destacarse tras caerse en un entrenamiento previo a la contrarreloj que puso en marcha la carrera en Israel. También se rezagó en la cuarta etapa y volvió a lastimarse con otra caída, cuatro días después. Su mejor nota se dio al ganar la 14tapa en el Monte Zoncolan, uno de los ascensos más brutales en Europa.
“He tenido momentos muy duros, así que la reacción y victoria de ayer, más defender la casaca hoy es algo muy especial”, señaló Froome. “Ha sido la mayor batalla de mi carrera”.
Sin embargo, Froome compite bajo la amenaza de un castigo, ya que una muestra de orina que se le tomó en la Vuelta a España en septiembre arrojó una concentración del fármaco salbutamol para el tratamiento del asma, y que duplicó el nivel permitido. Aún no se sabe cuándo la Unión Ciclista Internacional emitirá su fallo sobre el caso.
“Sé que no he hecho nada malo”, dijo Froome.
La etapa final es un recorrido llano de 115 kilómetros (71 millas) de 10 vueltas en un circuito en el centro de Roma.
Cervinia, Italia / AP