Este miércoles, dos obreros perdieron la vida en barriadas barcelonesas, tras recibir fuertes descargas eléctricas cuando manipulaban unos cables.
El primero en fallecer fue Rafael Ángel Estacio Márquez, de 22 años, a quien apodaban “pastillita”. A las 9:00 de la mañana reparaba un ventilador en su residencia, en el sector Corea, y al rozar un cable recibió el corrientazo. Fue ingresado en el hospital Luis Razetti sin signos vitales.
Y en horas de la tarde murió Luis Alfredo Figuera López (23), quien vivía en la calle Los Tubos del barrio El Espejo. El joven se subió en un poste para arreglar unos cables, pero rozó uno y la fuerte descarga lo lanzó al pavimento.
Luis Alfredo, padre, dijo que cuando llegó de su trabajo encontró al joven tirado en el suelo sin vida.
Situación
Figuera mencionó que el segundo de sus 11 hijos se ganaba el sustento haciendo trabajos de electricidad. Era soltero y dejó un bebé de cuatro meses de nacido.
Detectives de la policía científica iniciaron las averiguaciones por la muerte de estas personas.
Los cuerpos de ambas víctimas fueron llevados por los pesquisas a la morgue de Barcelona, donde fueron reclamados por sus parientes.
Barcelona / Eleida Briceño