La autopista Gran Mariscal de Ayacucho, también conocida como la carretera nacional hacia Caracas, y sus alrededores se han convertido en escenarios de la delincuencia. Según lo relatado por los habitantes de las comunidades aledañas, solo esta semana ya van cuatro robos en estos predios.
La vecina Nancy Cedeño señaló que constantemente ocurren hechos vandálicos en autobuses, como también contra los transeúntes que se desplazan por las cercanías.
“No hay alumbrado ni seguridad, esto se ha vuelto una boca de lobos. La gente no puede caminar sola de noche porque es un peligro. Ponen dos o tres bombillos y a los días no están”, refirió.
Hace tres años eliminaron un módulo policial que se encontraba en la entrada de los sectores La Orquídea y El Viñedo y no lo han activado de nuevo, pese a que la autoridades les prometieron a los vecinos que sí lo harían.
El más reciente de los robos ocurrió a las 7:00 de la noche de este miércoles 4 de diciembre frente al Cementerio Parque Metropolitano. Una de las víctimas, que prefirió no identificarse, señaló que tres sujetos abordaron una unidad de transporte público y despojaron de sus pertenencias a pasajeros, conductor y colector.
“Nos quitaron lo que traíamos: teléfonos, bolsos y dinero. Uno de los hombres apuntó al chofer y le dijo que arrancara y no se detuviera hasta que él dijera. Le dieron la orden de que nos dejara a todos en la misma parada y se fueron corriendo”, relató.
El peligro también ronda las cercanías del peaje de Mesones. Cedeño comentó que aunque en el lugar se encuentra una casilla de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), igual lanzan piedras a los carros y camiones para que se detengan y posteriormente saquearlos.
“Ya estamos cansados. Necesitamos que alguien nos atienda, que pongan bombillos, que vuelvan a instalar la casilla policial, aunque sea que pasen las patrullas por la zona”.
Barcelona / Milena Pérez