Vecinos de algunos sectores de Barcelona denunciaron que desde hace más de una semana se incrementaron las fallas en el servicio de energía eléctrica, independientemente de la condición climática.
“Ya la luz no se va solamente cuando llueve, sino en cualquier momento. Esto se volvió un bochinche y el pueblo es quien paga los platos rotos. Pasamos calor y estamos propensos a que se nos quemen los bombillos y se dañen los electrodomésticos”, comentó María Hernández, habitante de La Ponderosa.
Nada más este domingo, Hernández mencionó que estuvo un aproximado de 15 horas sin el servicio, puesto que se lo cortaron en dos oportunidades.
“Primero se fue la luz a las 7:00 am y llegó como a las 2:00 pm. Luego se montó el tiempo de lluvia y aunque rezamos para que no se fuera, se fue a la hora, cuando empezó a llover. De verdad que fue un día fatal, sin descansar bien, nos tocó iniciar la semana, estropeados. Fue el peor de los días que hemos pasado últimamente”, resaltó.
En esta línea de servicio también se ven afectados los residentes del sector Mesones. Mientras que el centro de la ciudad es otra de las zonas que sufre con frecuencia las fallas eléctricas, hasta varias veces en un día.
Oficial
El presidente del Sindicato de Trabajadores del Fomento Eléctrico (Sintraelec) de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) en Anzoátegui, Miguel Massarelli, manifestó que en algunas comunidades se han realizado cortes programados para trabajos puntuales, aunque desconoce los motivos por los que la empresa no notifica.
Sin embargo, hizo énfasis en que los sectores normalmente afectados por las interrupciones obedecen a las sobrecargas en el sistema.
“Cuando aumenta la temperatura, aumenta la sobrecarga también. Entre los sectores afectados han estado Tronconal III, IV y V; Picas de Maurica, Mayorquín y Viñedo”.
Massarelli recordó que es necesaria la dotación suficiente de materiales y equipos, entre ellos transformadores, para administrar las cargas. Reconoció que a la empresa han llegado dotaciones, pero supuestamente no son suficientes para la demanda que existe.
Barcelona / Elisa Gómez