Precarias son las condiciones laborales del personal de la Fundación Educación y Salud Refinación Oriente La Alquitrana, ubicada en el campo residencial Guaraguao de Puerto La Cruz, debido a que desde el pasado 15 de noviembre no percibe salario ni la tarjeta de alimentación (Bs 286 mil). Tampoco le pagaron los aguinaldos.
En representación de los trabajadores hablaron Jesmar Boeff, Reina Estanga, Mariela Parra, Yarineth Alexander y Yasmín Palomino, quienes recordaron que esa fundación arrancó con 76 empleados y obreros, pero actualmente quedan 36, pues la mayoría se retiró por el desmejoramiento laboral y económico allí afrontando.
De esta organización depende una escuela que hace ocho años comenzó con 186 alumnos, todos hijos de trabajadores de Pdvsa. Ahora quedan 163 niños, quienes cuentan con los servicios de una médico y una enfermera, un cheff y su asistente porque se les brindaba desayunos, almuerzos y meriendas. Sin embargo, según el grupo de denunciantes, están sin clases desde el 28 de noviembre “porque nos dijeron que nos fuéramos a nuestras casas por no haber fondos. Regresamos en enero y seguimos en la misma situación”.
Se quejaron además de que al personal lo mantienen tercerizado, pese a que ha solicitado un plan de flexibilidad laboral para que Petróleos de Venezuela (Pdvsa) lo absorba, tal como lo hicieron con la trabajadora Francelis Betancourt, quien primero entró como aprendiz del Ince y luego la nombraron enlace con la fundación para el 23 de septiembre de 2018 ingresarla en la nómina de la empresa.
“Por haber reclamado nuestro seguridad laboral y hacer públicos nuestros reclamos, nos abrieron un expediente administrativo a 12 docentes, pero sin decir quiénes son los sancionados y nos niegan el derecho a entrar en la institución”.
Recordaron que su caso lo han expuesto ante los diferentes gerentes de Pdvsa, desde Fernando Padrón, pasando por Diego Astudillo, Jhoniel Ramos hasta Jorge Sicat, quien dice “que los docentes no somos prioritarios, sino arrancar la refinería y despachar gasolina” .
Se quejaron de que la mayoría de los educadores dependen de ese trabajo por ser el único ingreso que perciben.
Puerto La Cruz / Magda Llovera