Surtir gasolina en las bombas subsidiadas de Cumaná, sigue siendo un dolor de cabeza para los orientales, quienes alegan que es “una pesadilla”.
Carlos Pereda comentó que es una cola de dos días. “Debo ir un día antes, dormir allí con el carro para optar por el ticket que entregan cuando abre la estación”.
Para este padre de familia, esto se ha vuelto una situación agotadora. “Si corremos con suerte antes de mediodía salimos, pero eso un peligro tener que pasar la noche a la intemperie y sin seguridad de nada”.
Comentó ha tenido que buscar opciones para llevar a sus nietos en la mañana al colegio, cuando le toca surtir. “Pido a alguien que me guarde el puesto, voy y vengo, pero no siempre puedo resolver así. Los sueldos no dan para usar las bombas premium”.
Hay quienes ya ni siquiera usan las bombas que tienen este beneficio de subsidio. “Yo tengo más de dos meses sin echar gasolina en estas estaciones, porque no tengo tiempo para hacer las colas infinitas”, dijo Karla López, periodista.
Señaló que prácticamente trabaja para pagar comida y gasolina, ya que además de la inseguridad que representa pasar la noche en las colas, ya la hubiesen despedido por dejar de laborar para ir a esperar tanto tiempo.
“Es un gasto fuerte porque estamos hablando de 20 dólares cada vez que lleno el tanque, que puede ser hasta tres veces al mes”.
Por otra parte, los cumaneses comentaron que el servicio es “malo” y que ni siquiera tienen certeza porque no hay una cantidad fija de vehículos que serán surtidos.
“Uno hace la cola y puede que no alcance la gasolina para todos. Cuando esto pasa no hay una respuesta del tiempo que tardará la gandola en reponer el combustible”, refirió la maestra Martha Uzcategui.
Agregó que muchas veces le ha pasado que se encuentra en fila y se devuelve sin poder llenar su tanque.
Piden a las autoridades que se aboquen a esta situación para que sea un servicio al que se pueda tener acceso sin tantas irregularidades.
Cumaná / GL – Corresponsalía
