La crisis económica que desde hace algunos años azota a la población del estado Anzoátegui, y a Venezuela en general, ha ocasionado que la gran mayoría se enfoque en generar dinero para cubrir lo mejor posible las necesidades alimenticias propias y de sus familias, dejando a un lado temas igual de importantes como la salud.
En buena parte de los hogares anzoatiguenses donde hay niños se ha ido perdiendo la costumbre de mantener un control permanente, sobre todo cuando tienen menos de dos años. Actualmente la posibilidad de llevarlos a una consulta pediátrica se limita a las oportunidades en las que hay algún malestar o enfermedad de por medio.
Por ende, resulta mucho más complicado que se cumpla al pie de la letra con el esquema de vacunación, considerando que hay al menos seis que se consiguen exclusivamente en el sector privado y los precios resultan inalcanzables para quienes devengan un salario mínimo de 130 bolívares, que equivalen a poco más de seis dólares.
Francisco Cicco, pediatra con décadas de experiencia en la zona norte de la entidad, comentó que vacunas como la neumococo y meningococo tienen un valor aproximado de 90 dólares. Agregó que hay otras como la rotavirus que están por el orden de los $100, mientras que las de hepatitis A y varicela se encuentran en 60 y 70 dólares, respectivamente.
El pediatra Francisco Cicco resaltó que antes de que estallara la crisis económica en el país, al menos 75% de sus pacientes completaban el 100% del esquema de vacunación. “Hoy en día si lo tiene el 5% es mucho”.
“Todo depende de los proveedores y si hay ofertas vigentes. Sin embargo, esos suelen ser los costos y en ocasiones pueden subir o bajar tres o cinco dólares, pero se mantienen en ese promedio”.
El especialista señaló que al menos la neumococo y la rotavirus permanecen en el esquema de vacunación del sector público, pero desde hace unos siete años las autoridades dejaron de importarlas precisamente por la crisis económica que arropó al país.
“Realmente aquí nunca ha existido esa sensibilidad necesaria para el tema de inmunizaciones. Antes no era tan notorio, pero ahora como la situación es más dura, es evidente. De hecho, cuando había mucho más dinero, se llegó a discutir si realmente era importante introducir la neumococo en el esquema, mientras que en 90% de los países la estaban colocando”, señaló Cicco.
Se pudo consultar también con trabajadores de los ambulatorios Alí Romero y Tronconal V de Barcelona (que prefirieron reservar su identidad), y confirmaron que las citadas vacunas llevan años sin llegar a través del ministerio de Salud.
A pesar de que hay familias donde el padre o madre, en promedio, gana 150 dólares al mes, trabajando en la empresa privada, sigue siendo complicado para ellos adquirir estas vacunas, ya que significaría descompletar el dinero destinado para comida, pasaje o servicios, obligándolos a mantener el descarte temporal de las mismas.
Dioniger Gómez, quien tiene un niño de dos años, comentó que hasta la fecha no ha podido colocarle ninguna de estas inmunizaciones a su hijo por lo caras que salen y la carencia en el sistema público.
“Por el momento no tengo un plan para el corto plazo porque todas son realmente costosas. La última vez que pregunté me salía en 80 dólares la más barata y desistí momentáneamente de la idea”.
El habitante de Barcelona agregó que no siente incertidumbre de que su pequeño pueda contraer algunas de las enfermedades que previenen estas vacunas, aunque afirmó estar consciente del riesgo que corre.
Por su parte, Rosalí Deseda indicó que su hija de tres años tampoco cuenta con las inmunizaciones que se consiguen solo en el sector privado, pero al igual que Gómez trata de no preocuparse por este tema sino más bien se ocupa de elaborar un plan que le permita ponerse al día.
“Gracias a Dios mi niña es sana y se enferma poco. De todos modos sé que es una tarea pendiente colocar esas vacunas, pero hasta el momento no he podido juntar los recursos”.
Cabe destacar además que en el caso de la neumococo, deberían colocarse cuatro dosis al niño y el precio citado de aproximadamente 90 dólares es por cada una. La rotavirus, varicela y hepatitis A también se repiten, pero son solo dos.
Ante esta situación, el doctor Cicco no ocultó su preocupación, pues según dijo, dentro del gremio se habla que Venezuela tiene un desastre inmunológico tan crítico que alcanza el nivel de Haití.
“Ojo y esto no se debe solamente a lo caro de estas vacunas. Hay otras que siguen siendo provistas por las autoridades, pero desde la pandemia la gente se ha descuidado notablemente en este tema. Hay niños de dos o tres años a los que les pusieron las vacunas cuando estaban de meses y nunca le colocaron los refuerzos”.
El pediatra mencionó que en cuanto a la trivalente (que abarca contra paperas, sarampión y rubéola) la cobertura debe ser superior a 85% y en el país apenas se alcanza 60%. Agregó que si esto se ve con una vacuna pública, el porcentaje en las privadas debe ser mucho más bajo.
“Yo entiendo que no vacunen a los muchachos por cuestiones monetarias, pero las públicas están ahí y la gente se ha descuidado. Entonces la excusa en ese caso es la falta de tiempo. No toman en cuenta que es mejor perder medio día de trabajo a estar metido en un centro de salud con el niño hospitalizado, porque ahí van a tener que cubrir tratamientos, exámenes y demás”.
Añadió que lo mismo se puede aplicar a las inmunizaciones pagas, ya que resulta mejor gastar $60 en la de hepatitis A, por ejemplo, que gastar entre 400 y 500 dólares para cubrir los gastos que genera la enfermedad en un niño, a riesgo de que se complique y fallezca.
“Si el padre le pone a su hijo todo el esquema sanitario público y hace un `esfuercito´ y le pone al menos dos dosis de la neumococo, entonces puede estar tranquilo porque a partir del año ya tiene un tiempo para ponerla de una en una. No obstante, mi experiencia trabajando en Barcelona me ha dejado claro que son pocos los que pueden hacerlo”.
De igual manera comentó que algunos padres le piden priorizar entre las inmunizaciones que se deben pagar y señaló que en esos casos recomienda la neumococo, ya que la neumonía es la principal causa de mortalidad infantil en Venezuela.
Si hay algo positivo que se pueda destacar es que, según Cicco, las vacunas de neumococo y meningococo no tienen límite de edad para colocarse, aunque lo ideal es que sea en la niñez de la persona ya que, en el hipotético caso de que contraiga meningitis, puede quedar como paciente especial por toda la vida.
No obstante, las condiciones económicas siguen sin ser alentadoras para un grueso de la población anzoatiguense, por lo que muchos apelan a aferrarse a sus creencias para proteger a sus hijos hasta que tengan la posibilidad de inmunizarlos correctamente.
Puerto La Cruz/ Javier A. Guaipo
