En el marco de las acciones de protesta mundiales convocadas por la organización Vente Venezuela (VV), este 1 de diciembre se realizó, al final de la tarde, una vigilia en la Plaza La Castellana, al este de Caracas.
Con globos blancos, velas, pancartas y manos pintadas de labial rojo, decenas de manifestantes pidieron la liberación de los más de 1 mil 700 presos que se encuentran en las cárceles del país, además de solicitar a la Corte Penal Internacional (CPI) que acelere la investigación por crímenes de lesa humanidad, que se le sigue al Estado venezolano.
Sol Ocariz, hermana de Edward Ocariz, detenido luego de las elecciones del 28 de julio y recluido en el Internado Judicial de Carabobo (Tocuyito) solicitó a las autoridades carcelarias del país permitir la atención médica de personas encarceladas que se encuentran en precarias condiciones de salud.
“Hay casos de jóvenes, hombres y mujeres, enfermos que no son trasladados a los centros hospitalarios. En Tocuyito hay un muchacho de 31 años que el miércoles sufrió un accidente cerebrovascular (ACV). Llamaron a la mamá y uno de los custodios le dijo que estaba muy mal, lo único que hace es mover los ojos”, contó Ocariz.
El Comité por la Libertad de los Presos Políticos (Clippve) identificó como Terris Méndez al joven detenido en Tocuyito que sufrió la semana pasada un ACV. Su madre Rosa Escobar denunció que su hijo se encuentra grave. “El sábado me llamaron de urgencia solicitándome medicamentos”.
El Clippve pidió apoyo a la Comité Internacional de la Cruz Roja para Venezuela a fin de lograr el traslado en ambulancia de Méndez hasta un centro asistencial.
Mientras, Diego Casanova, familiar de otro detenido, instó a la población a mantener el apoyo a la causa de la excarcelación de los presos políticos.
“No nos abandonen (…) Hasta 12 presos en Tocuyito han intentado quitarse la vida. Para ellos esa era la única manera de acabar con la tortura que están viviendo. No vamos aceptar recibir a nuestros familiares presos para enterrarlos. Vamos a luchar para que salgan libres y sanos”, subrayó Casanova.
Las manifestaciones se replicaron en distintas zonas del país a lo largo del día. Pequeños grupos de personas se dejaron ver con pintura roja en manos y bocas. En otros muchos casos los opositores no mostraban sus rostros o aparecían con bolsas en la cabeza, como una forma de cuidar su identidad y evitar represalias por parte de efectivos de seguridad.
Durante la vigilia en La Castellana los familiares de los presos políticos soltaron decenas de globos blancos al aire como acto simbólico para pedir que continúen las excarcelaciones que se iniciaron el 16 de noviembre, con la revisión de 225 casos.
“Nuestros hijos están esperando volver de nuevo a sus casas. Quiero que me devuelvan sano a hijo, no enfermo. Esto parte el alma cuando un hijo dice ‘mamá, hasta cuando voy a tener que esperar aquí’. Yo le digo ‘aguanta, no pierdas la fe y no pierdas la esperanza, yo voy a hacer lo que sea para sacarte de este lugar’. Ellos son inocentes”, relató la madre de otro joven desde la plaza.
Caída la noche, los parientes y allegados de los presos encendieron velas y rezaron un rosario por la “liberación de los presos, por la paz y la democracia”.
Caracas / Rodolfo Baptista