"Peloteados”. Así dijeron sentirse los afiliados de la Asociación Bolivariana de Pequeños y Medianos Comerciantes Unidos del estado Anzoátegui que fueron desalojados del bulevar 5 de Julio de Barcelona el pasado 31 de diciembre, ante la falta de respuesta de la Alcaldía del municipio Simón Bolívar para retomar sus labores.
Según el presidente del gremio, Aníbal Márquez, iniciaron una mesa de trabajo con el director general del ayuntamiento para que les concedieran el permiso a fin de utilizar los espacios de la construcción del Centro Comercial (CC) Socialista La Nueva Jerusalén, el cual estaba destinado para ellos de acuerdo con el proyecto que empezó el exalcalde Guillermo Martínez y se paralizó tras su salida, pero supuestamente sólo han recibido trabas.
“El director luego nos mandó a reunir con la síndico, quien encontró fallas en nuestro registro como asociación que estamos resolviendo y ahora nos dicen que no nos pueden atender. Hemos sido peloteados por llevar la fiesta en paz, pues no queremos un choque para que después nos tilden de guarimberos”, expresó.
Márquez recordó que la Asociación Bolivariana de Pequeños y Medianos Comerciantes Unidos del estado Anzoátegui fue creada en 2005, supuestamente, con el permiso del presidente Hugo Chávez para laborar en el bulevar 5 de Julio hasta que se les construyera un espacio.
Es por esto que a la vendedora de bisutería Carmen Arreaza le gustaría que el presidente Nicolás Maduro tenga conocimientos de lo que ocurre.
“Me parece que la alcaldía está jugando con los trabajadores de la economía informal, pues ni siquiera el alcalde ha venido a darnos la cara y menos a inspeccionar. Hace poco un representante de la síndico dijo que esto no era de nosotros sino de la alcaldía, pareciera que el alcalde Luis Marcano quiere agarrar esto para su uso personal”, comentó Arreaza.
Los comerciantes aseguraron tener fotos de las malas condiciones en que se encontraba la construcción cuando la tomaron y de los arreglos que han hecho hasta ahora.
Durante un recorrido de El Tiempo se constató que los espacios se encuentran saneados, les colocaron electricidad y habladores para mantener las áreas limpias. Indicaron también que cuentan con seguridad las 24 horas del día.
Necesidad
Aferrada a Dios dijo mantenerse la comerciante Carmen Arreaza mientras espera el otorgamiento del permiso, pues lleva casi dos meses sin laborar y en su caso tiene que mantener una hija de 16 años y a otro pariente que es paciente renal.
“Me ha tocado matar tigritos de vez en cuando para poder sostener a mi familia”, expresó.
Por su parte Reina Sánchez, quien dijo ser madre y padre para un niño de 10 años, aseguró que la dueña de la residencia en que vive la tiene presionada para que le cancele los dos meses de alquiler que ha acumulado.
“Son 30 mil bolívares mensuales sin meter los gastos de colegio y comida para mi hijo. Estoy desesperada a la espera de la respuesta de la alcaldía para laborar”.
La vendedora de ropa Yuglis Benavides destacó que los comerciantes están organizados hasta con la división de los espacios esperando sólo por la autorización.
“Lo que pasa es que están acostumbrados a que la gente vaya a la alcaldía a formar problema o cerrar una vía y nosotros estamos pacíficamente”, expresó.
Barcelona / Elisa Gómez
