Caterine Ibargüen desentonó en su primera prueba en el atletismo de los Juegos Panamericanos en Lima. Por si fuera poco, su presencia en la esperada final del triple salto, el viernes, queda en duda.
La gran campeona olímpica colombiana del salto triple falló el martes en su intento de conseguir un oro panamericano en el salto largo de mujeres. Incluso, ni siquiera logró el podio, como sí lo había conseguido en 2011.
Y quizá lo más serio: su participación en su segunda competencia el viernes --en que se anticipaba un duelo con la venezolana Yulimar Rojas en el triple salto-- quedó seriamente comprometida. La colombiana dijo que se resintió de una inflamación de tejido en la planta de un pie, algo que la afecta desde hace un mes.
“Completamente”, respondió cuando los periodistas le preguntaron si su presencia en el triple salto peligraba. “Vamos a ver qué dicen los médicos. Estoy en toda la disposición pero sin arriesgar mucho”. Dijo, empero, que desea estar en condiciones óptimas para enfrentar la final de la Liga Diamante y, principalmente, el Campeonato del Mundo en septiembre.
Integrantes del cuerpo técnico del atletismo colombiano dijeron que Ibargüen posiblemente tendrá problemas para encarar el triple salto.
De todas maneras, Ibargüen regaló su sonrisa y aseguró que dio todo lo que pudo en la competencia y que estaba “supremamente tranquila, contenta”.
La antioqueña de 35 años y que era una de las figuras más atractivas del atletismo en Lima terminó en quinto lugar con su mejor salto de 6,54 metros, logrado en su segundo de seis intentos. El oro fue para Chantel Malone, de Islas Vírgenes, con un salto de 6,68, la plata para la estadounidense Keturah Orji con 6,66 y el bronce para la jamaiquina Tissanna Hickling con 6,59.
Hace ocho años, en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, la colombiana consiguió el bronce en esa prueba. Y la colombiana se había propuesto buscar ese título continental esquivo.
Agencias / Lima