
“Le salvaste el trasero de Hollywood. Y, es posible que hayas salvado la distribución cinematográfica”, soltó el mítico Steven Spielberg a Tom Cruise, protagonista y productor de Top Gun: Maverick, el sorpresivo éxito de taquilla, estrenado en mayo de 2022 que le plantó cara a la modalidad de streaming -con Netflix y Disney a la cabeza-, y la pretensión de arrancar el entretenimiento de las salas de proyección.
“Maverick podría haber salvado a toda la industria cinematográfica”, agregó Spielberg, durante un almuerzo organizado con los nominados al Oscar días atrás, donde se reencontraron el director y el actor, de Minority Report (2002) y War of the Worlds (2005).
Las palabras de reconocimiento pueden parecer desproporcionadas, sobre todo viniendo de creador de Tiburón (Jaws, 1975), el primer blockbuster de la historia. Solo que no lo son.
La aparición del Covid puso en jaque a la industria. Los estudios apostaron a la nueva estrategia de lanzar sus nuevos filmes en cines y, en paralelo, a través de los servicios de suscripción, de manera que las personas disfrutaran los estrenos desde sus casas. Pasaron casi dos años para que los espectadores pudieran acudir de nuevo en masa a las salas.
Cierto que Maverick, la tardía secuela de Top Gun dirigida por Tony Scott en 1986, logró una recaudación de $1 mil 488,73 millones en todo el mundo, algo que parecía imposible que volviera a pasar tras el inicio de la pandemia. Pero no fue ella la que abrió el camino para que el público se reencontrase en la oscuridad de los teatros.
El mérito de romper la barrera de los mil millones de dólares en ventas de entradas -y acercarse a los $2 mil millones-, luego de meses de sequía, correspondió a Spiderman: Sin camino a casa (Spiderman: No Way Home, 2021) que, apostando a la nostalgia de reunir a los tres actores que por más de dos décadas interpretaron el papel del trepamuros arácnido, obtuvo una recaudación de $1 mil 921 millones.
Lo que si logró Top Gun: Maverick, y tal vez por allí enfilen más los elogios de la industria, fue en arrancar la exclusividad de los blockbusters de las garras de las franquicias de superhéroes, encabezada en la última década por Marvel Studios.
La taquilla parece finalmente recuperarse más allá de la dictadura de las cintas inspiradas en comics y de los productos de animación de Disney y Pixar.

Pero el verdadero revolcón lo ha dado en los últimos tres meses Avatar: El camino del agua (Avatar: The way of wáter, 2022) de James Cameron. En su recorrido, que comenzó el 16 de diciembre y aún se mantiene, la secuela de Avatar (2009), se convirtió en la tercera más taquillera de la historia, arrebatando este puesto a Titanic (1997), también dirigida por Cameron.
Tampoco le resultó fácil. Y es que la película sobre la fatídica tragedia marítima tuvo un reestreno el pasado 10 de febrero con motivo de su 25 aniversario, esta vez en formato 4K HDR 3D.
En principio la historia de amor de Jack y Rose arrastró de nuevo a los espectadores a los teatros, y en sus primeros días, que coincidieron con la fecha de San Valentín, lleno salas en Estados Unidos, España y Latinoamérica, compitiendo al mismo tiempo con Avatar.
Por poco tiempo, Titanic recuperó su puesto de tercer filme con mayores ingresos en la historia -tras el primer fin de semana aventajó a Avatar: El sentido del agua por 4 millones de dólares Pero pronto se fue hundiendo de nuevo.
Hasta la fecha, el reestreno del drama romántico ha logrado una recaudación de $52,37 millones en todo el mundo, acumulando un total de $2 mil 248 millones a lo largo de 25 años -ya Titanic había tenido un reestreno en 2012 con mejores ingresos.
Mientras, Avatar: El sentido del agua, tras recuperar su tercer puesto, ha logrado la asombrosa cifra de $2 mil 267,07 millones , y aunque ha perdido fuelle en los últimos días, sigue sumando.
Lo cierto es que Cameron continúa reinando. La primera Avatar, estrenada hace 14 años, se mantiene en primer lugar como la cinta con mayores ingresos de la historia del cine con $2 mil 923, 70 millones.
En el segundo lugar está Avengers: Endgame (2019), el filme prepandemia que dio cierre a las primeras tres fases del Universo Cinematográfico Marvel (UCM) y que acumuló $2 mil 799,43 millones.
Le siguen, la recién estrenada Avatar y Titanic. En quinto lugar, se encuentra Star Wars: Episodio VII-La amenaza fantasma (Star Wars: Episode VII-The force awakens, 2015), el inicio de la malograda trilogía de secuelas de la saga galáctica, con $2 mil 071 millones
De esta forma, tres de las cinco cintas más taquilleras de la historia, pertenecen a James Cameron. Nada mal para un director que sólo tiene nueve títulos de ficción en su filmografía.

Top Gun: Maverik y Avatar: El sentido del agua abrieron una brecha para la taquilla millonaria postpandemia, más allá del UCM y del auge del streaming en los hogares.
Pero ello no significa que el cine se haya salvado del todo. Muchas cintas pasan ahora desapercibidas para el gran público, y ello ha provocado la indignación de muchos representantes de la vieja guardia, que ven en ello una transformación desfavorable para las propuestas de temáticas diversas, ajenas a las grandes franquicias.
Pocos meses atrás, el mítico Martin Scorsese, en una aparición hecha durante el último Festival de Cine de New York, calificó de “repulsiva” e insultante” la obsesión de la industria por los ingresos.
El director de Taxi Driver y Goodfellas apuntó se vive un momento donde el cine se está “devaluado, degradado”, y el “éxito” solo se define por cuánto dinero hizo un filme en taquilla.
“El énfasis ahora está en los números, el costo, el fin de semana de estreno, cuánto ganó en EE. UU., cuánto ganó en Inglaterra, cuánto hizo en Asia, cuánto ganó en todo el mundo, cuántos espectadores tuvo. Como cineasta y como persona que no puede imaginar la vida sin el cine, siempre lo encuentro realmente insultante”, agregó.
Scorsese ha sido uno de los principales detractores del reinado de las cintas de Marvel a las que le colocó la etiqueta de “parques temáticos”, un entretenimiento de masas mecánico, alejado de lo que es el verdadero cine.
Pero la visión de negocio es una realidad a la que es difícil escapar. En la actualidad son muchos los factores que evalúa una productora o una distribuidora para considerar que una cinta sea rentable.
La recaudación del primer fin de semana de proyección resulta vital para determinar la posibilidad de éxito de un filme. Sin una taquilla alta, los viernes, sábado y domingo de estreno, queda por descontado el fracaso.
En ocasiones, hay producciones que, a pesar de tener un inicio prometedor, se estrellan a partir de su segundo fin de semana.
El más reciente ejemplo de esto ha sido Ant-Man and The Wasp: Quantumania (2023), la cinta que inicia la Fase 5 del UCM y llegó a las salas hace dos semanas. Aunque tuvo un estreno en EE. UU. de $106 millones, este segundo fin de semana sólo logró $32,2 millones, una caída de casi 70% de ingresos luego de siete días, convirtiéndose en el más grande tropiezo de Marvel hasta la fecha.
La tercera entrega de las aventuras del Hombre Hormiga lleva recaudado hasta la fecha $364 millones en todo el mundo. Con un presupuesto de $200 millones, no parecería a priori que se trate de un fracaso.
Sólo que la rentabilidad de una película se mide por otra regla matemática, según los especialistas. Para que una cinta comience a generar ganancias netas, primero debe rebasar entre 2 y 3 veces el costo de su presupuesto.
Así, por ejemplo, Avatar El sentido del agua tuvo un exorbitante presupuesto de $460 millones, lo que en apariencia convertía al filme en “uno de los peores negocios de la historia del cine”, en palabras del propio Cameron. Nadie apostaba por un éxito arrasador. De hecho, si era un fracaso, el plan original de estrenar tres secuelas más (para un total de cinco cintas de la franquicia) tendría que suspenderse.
Afortunadamente para Cameron, la riesgosa apuesta resulto a su favor, tras rebasar los $ 2,2 mil millones, casi cuatro veces más su presupuesto.

Además del mercado en China -que se ha vuelto una fuente importante de ingresos-, otro de los factores decisivos para el éxito, es el llamado WOM (Word of Mouth), o el “boca a boca”.
Películas de bajo presupuesto pueden convertirse en enormes sucesos cuando se corre la voz y es recomendada entre espectadores, generando un interés y curiosidad que llena las salas.
Al contrario, cintas de alto presupuesto pueden irse a pique si no cuenta con un WOM positivo. Es lo que ocurrió con el caso de Black Adam (2022) de DC Studios, o recientemente con Ant-Man and The Wasp: Quantumania, dejando en evidencia un problema básico que de seguro está generando preocupación en los altos mandos de la factoría Marvel.
Por el momento, el UCM cuenta con suficientes seguidores para romper la taquilla el primer fin de semana. Pero si la cinta no obtiene buena publicidad “boca a boca”, el resto de público, que no forma parte del fandom del cine de superhéroes, no acudirá a los teatros o esperará a que la cinta se estrene en streaming.
Desde 2008 y hasta la fecha, el UCM ha lanzado 31 cintas y al menos seis más están confirmadas y en proceso de estreno. Adicionalmente, desde 2020 y hasta el presente se han puesto al aire ocho series originales en la plataforma Disney Plus, y 15 más en fases de postproducción o en desarrollo.
Es una cantidad muy alta de productos, que puede saturar a los espectadores y volverse en contra del estudio.
Aun así, el éxito de Top Gun: Maverick e incluso el de Avatar ha abierto un camino al cine postpandemia, cuya evolución y afianzamiento, aún está por verse.

Caracas / Rodolfo Baptista


