Dos personas muertas y dos heridas fue el saldo que dejó una colisión de vehículos ocurrida a las 10:00 de la mañana de este martes, en la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, a la altura del Parque de Agua Kariña, en el sector Los Potocos de Barcelona.
Los fallecidos fueron el conductor Néstor José González Lezama y su acompañante Eduardo José Velásquez Ramírez, de 23 y 40 años de edad, respectivamente.
Ambos se desplazaban en un automóvil marca Chevrolet, modelo Malibú, color blanco, matrículas 7A2AMB, junto con Felíx Padilla, quien resultó lesionado.
El otro vehículo involucrado en la colisión es una buseta marca Ford, modelo 150, color blanco, placas XRO-349, que estaba accidentada en la vía. Su chofer era Franklin Mendoza, quien salió herido.
En el sitio se apersonaron funcionarios de Protección Civil y Cuerpo de Bomberos que llevaron al par de lesionados a la sala de urgencias del hospital universitario Luis Razetti de Barcelona.
También se presentaron oficiales de la Policía Municipal de Bolívar (Polibolívar) y de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Estos últimos trasladaron los cadáveres a la morgue del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), ubicado en la urbanización Tronconal III.
Explotó un caucho
En el Senamecf, un ciudadano que se abstuvo de identificarse relató que Velásquez vendía verduras en el mercado municipal de Puerto La Cruz. Él y Padilla salieron de su domicilio de Pozuelos para visitar a una pariente en Píritu. El grupo se disponía a regresar a su residencia del municipio Sotillo cuando al Malibú se le explotó un caucho y colisionó al vehículo de transporte público.
El obrero de mantenimiento Jackson Noguera refirió que viajaba en un microbús, que cubre la ruta caserío Santa Bárbara-Barcelona, cuando vio los dos muertos tirados en la troncal 9, a la altura del Parque Kariña.
El señor manifestó que, según la versión de unos testigos, su vecino Franklin Mendoza (42), a quien llaman cariñosomente El Ratón y que se dedica transportar pasajeros, estaba debajo de la buseta que reparaba cuando oyó el ruido de la explosión de la llanta del Malibú.
“Unas personas dijeron que ese carro dio varias vueltas y se le rompió el techo”.
Y el comerciante José Luis Espinoza afirmó que en la vía hay unos huecos muy granes, entre el parque y un hotel. Refirió que en una ocasión, su amigo Luis Espinoza, guiaba un automóvil Toyoya, cayó en uno de esos cráteres y se le espicharon los cauchos. No se mató porque manejaba poco a poco.
Barcelona / Yraida Núñez