Cientos ciudadanos brasileños marcharon este sábado 9 de julio hacia el Congreso del país amazónico para defender la posesión de armas, cuyo acceso flexibilizó el presidente Jair Bolsonaro desde su llegada al poder.
El encuentro de carácter nacional, que coincide con el Día Internacional de la Destrucción de Armas de Fuego, fue organizado por la asociación civil Proarmas, definida por sus líderes como el mayor movimiento armamentista de América Latina.
La asociación invitó a caminar "por la libertad", abogó por el "derecho a la autodefensa, a elegir y a la seguridad" y por la ampliación de la legislación armamentista.
"¡La mayor manifestación en la historia de Brasil!", exclamó Eduardo Bolsonaro, diputado e hijo del presidente, en su cuenta de Twitter.
"La izquierda nunca imaginó que tantas personas pudieran salir a la calle a decir 'sí, quiero estar armado porque prefiero a los bandidos bajo tierra que a mi esposa violada'", dijo el funcionario cuando tomó la palabra ante los centenares de asistentes que se concentraron en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia.
"El delincuente sólo respeta lo que teme y todo el mundo tiene miedo de recibir un tiro”, continuó. "Si estamos armados, lo van a pensar dos veces", agregó.
Desde que llegó al poder en 2019, Bolsonaro flexibilizó mediante decretos los requisitos para acceder a las armas, así como el número permitido de artefactos y municiones por persona.
Entre 2018 y 2022, el número de ciudadanos registrados para tener armas en Brasil aumentó 474 %, según datos divulgados recientemente por la organización Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) basada en datos del Ejército y la Policía Federal.
Brasilia / Redacción web
