Ir al banco no se puede planificar. Los apagones o cortes dificultan que los ciudadanos puedan acudir a la hora que deseen y en el momento que sea más útil para ellos. Este miércoles, el corte en el barrio Lagunitas, donde funciona el Banco de Venezuela, fue de 9:00 a.m. a 12:00 m.
Algunos usuarios ya se encontraban dentro de las instalaciones de la entidad bancaria en el momento del corte, razón por la que tuvieron que salir a la fachada de la institución a esperar que la luz se restableciera.
Muchos optaron por quedarse, conscientes de que serían tres horas en la fila. Otros, por las ocupaciones, se marcharon y retornaron cerca del mediodía, cuando la electricidad estaba a punto de llegar para ese circuito.
«Tenía tiempo que no entraba a un banco. Mi hijo perdió la tarjeta y me vi en la obligación de venir por el efectivo, pero nos agarró el apagón en la mañana», sostuvo una de las usuarias en la cola.
En frontera, cada circuito está padeciendo al día suspensiones del servicio que van de ocho a once horas, escenario que trastoca el desenvolvimiento en las jornadas de la mayoría.
El otro corto para ese circuito, el de Villa del Rosario (también conocido como el de la zona de seguridad), sería de 3:00 p.m. a 7:00 p.m.
Táchira / La Nación
