Es entendible que las actuales medidas emanadas del Palacio de Miraflores, en torno al tema de la gasolina, sean asemejadas a las dictadas por el gobierno del expresidente Carlos Andrés Pérez, y es inevitable hacer comparaciones sobre la reacción de los venezolanos.
Sin embargo, es imposible tratar de calcar las dos circunstancias políticas, debido a que son dos tiempos distintos, con dos realidades totalmente opuestas y con dos presidentes con discursos, actitudes y ambientes completamente dispares.
Cuando el entonces presidente Pérez decretó el aumento del combustible a unos cuantos céntimos más, tal hecho sirvió para que la olla de presión social venezolana explotara ocurriendo así el llamado “Caracazo”. No obstante, ¿fue el aumento de la gasolina la verdadera razón o hubo otros elementos?
Carlos Andrés Pérez regresaba al poder con una gran popularidad y sobre todo con la gran expectativa de millones de venezolanos que le votaron, pensando que iban a regresar los tiempos de la Venezuela Saudita de los años 70. Sin embargo, llegaba a la presidencia con otras ideas y con muchísimos detractores políticos y sociales.
El expresidente Pérez, tal vez movido por el revanchismo personal o por la necesidad imperiosa de hablarle claro al país, inició su período presidencial diciéndole a los venezolanos que habían vivido una ilusión de prosperidad bajo el gobierno de su compañero de partido.
Aquello fue un duro golpe emocional para los venezolanos. El Dr. Jaime Lusinchi hasta ese momento gozaba de un 60% de aprobación; para los ciudadanos de entonces, su gobierno había sido “bueno“, y en un abrir y cerrar de ojos aquello se derrumbó.
Si un copeyano hubiera criticado a un adeco no hubiera pasado nada, si un adeco atacaba a un copeyano no pasaba nada. Pero, que un adeco hablara así de otro adeco, algo de verdad tenía que tener. Esto, aunque usted no lo crea, movió el sentimiento nacional. Y, aunado a ello, Pérez se alejaba del pensamiento que lo acompañó en su primer período y empezaba a aplicar medidas neoliberales.
El “Caracazo” no fue producto simplemente del incremento de la gasolina, pensarlo es irse a lo pequeño, a la justificación minúscula. El “Caracazo” fue la reacción popular a la decepción de un pueblo de vivir engañados durante 5 años, fue la respuesta airada de una población que se vio frustrada en sus expectativas con relación al nuevo gobierno.
La explosión social no fue causada, por sí sola, por las medidas neoliberales sino porque el pueblo no las esperaba, no las quería y tampoco se las explicaron. Aquellos sucesos, además, se materializaron y se extendieron porque el brazo político de la izquierda estaba allí, organizando y auspiciando todo.
Ahora bien, la reciente medida adoptada por Nicolás Maduro no tiene el mismo efecto psicológico que lo vivido hace más de 30 años.
En este momento nadie tenía expectativas contrarias al aumento de la gasolina; por el contrario, muchos la esperaban e incluso otros la prefieren antes que adquirirla en el mercado negro en 2 o 3 dólares por litro.
Pérez tuvo que soportar la organización de la izquierda en los barrios. Nicolás Maduro controla, ya sea por afinidad o por miedo, las barriadas caraqueñas. Pérez tuvo a una oposición política clara, Maduro tiene al frente a una oposición dividida y sin estrategia. Pérez se enfrentó a su partido, Maduro cuenta con la cohesión de su gente.
¡He aquí las diferencias!
¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!
Desde Barcelona / José Dionisio Solórzano