Para el comediante, Emilio Lovera, existe la comicidad que adula a la autoridad, aun cuando las risas que producen no son francas, sino malignas y falsas.
Del otro lado, observa genialidades que explican y hacen reflexionar. Y vaticina:“El país entero reirá al final”.
–¿Imagina a Emilio en el exilio?
–No, he tenido tiempo suficiente para pensarlo, y he viajado suficiente para sentirlo. no logro superar los dos o tres meses fuera de Venezuela, me siento muy incómodo.
–¿Cómo vive un comediante en el exilio?
–Como todo emigrante, con altibajos, con reglas nuevas y condiciones distintas, adaptándose; y la mayoría perdiendo calidad de vida en cosas que no imaginaba y ganando parcialmente lo que fue a buscar. El saldo no siempre es tan positivo.
–¿Es el venezolano tan rochelero como antes?
–Diría que fuera de Venezuela descubre todo lo rochelero que era y que es su sello a diferencia de otras nacionalidades, pero tal vez se enseria un poco al tratar de mimetizarse con su entorno.
–¿Existe el humor nostálgico?
–Todo aquel humor que te recuerda tu país, tus paisajes, gente y costumbres, puede llamarse nostálgico, a pesar de que no es un género.
De perfil
Emilio Alejandro Lovera Ruiz es un reconocido comediante, humorista, guionista y actor de doblaje. Inició su carrera en 1981, en el programa Radio Rochela de RCTV, donde también produjo Federrico y Kiko Botones al lado del cómico mejicano Carlos Villagrán. Fue el presentador del talk show humorístico Misión Emilio del canal Televen. En el año 2000 tuvo su propio programa junto al actor de doblaje Karl Hoffmann. Es especialmente recordado por prestar su voz a Hugo Chávez en las series animadas Las fantasías del comandante y la Isla Presidencial; en esta última prestó su voz a Evo Morales. Así lo ha hecho en escenarios internacionales y nacionales a múltiples personajes, verbigracia Simón Díaz en Contesta por Tío Simón.
–¿El país que más entiende el humor venezolano?
–Colombia, México y el Caribe. Aunque el humor latinoamericano es entendible por quien se interese en entenderlo.
–¿El que menos?
–Pregunta difícil, pues no te lo manifiestan fácilmente cuando no les gusta o no te entienden.
–De ser usted George Harris, luego de su desagradable experiencia en Chile…
–Jamás me hubiese presentado en un festival musical. Prefiero los festivales de humor. De hecho, hubo en el pasado chilenos que quisieron llevarme a ese festival. Por mi experiencia, la gente que quiere ver ídolos musicales, les estorbe otros renglones, aunque tal vez en aquella oportunidad no había el “aliño” que caracterizó a esta última edición.
–¿Alguna vez esperó risas del público que no llegaron?
–Por supuesto... ¡muchas veces! En 44 años uno pasa por toda la gama de situaciones.
–¿Y cómo salvó la parte?
–Pues en principio identifico la causa de la falta de risas o reacción, y si es por algo técnico, los distraigo mientras se solventa, sean fallas de sonido, de iluminación o de configuración del espacio. Otras veces que el público se confabula para hacerte una broma, con lo que cambio de rutina o de chiste, paso a las imitaciones, o a la música o cualquier cosa que encuentre distinta en el repertorio.
–¿Ha hecho llorar en lugar de hacer reír?
–Sí, por lo que tu preguntas más atrás: la nostalgia, y además por la disección que hago del carácter venezolano, que extrañan cuando están lejos.
–¿Hay alegría en el llanto?
–¡Sí por supuesto! la hay, y esto motiva mucho.
–¿Su imitación preferida?
–La de los cantantes: Simón Diaz, Gualberto Ibarreto, Juan Luis Guerra etcétera. etcétera.
–¿La prohibida?
–La de los dictadores.
–¿La más difícil?
–La de los tonos altos: Marc Anthony o Luis Miguel.
–¿Han intentado parodiarlo a usted?
–Me han copiado rutinas, pero gente que no canta o imita, luego, no me parodian completo.
.–¿Qué es más fácil: arrancar carcajadas o lágrimas?
–Para mi, carcajadas, pero los dramáticos dicen que es lo más difícil.
–¿Existe el humor bolivariano?
–Existe el humor que adula a la autoridad, pero las risas que producen no son francas, son malignas y falsas.
–¿Y el de la oposición?
–Depende, hay genialidades que explican y hacen reflexionar, pero no apoyo el humor como campaña contra alguien.
–¿El umbral entre la burla y la comicidad?
–Es cuando se detiene la risa y se provoca otro sentimiento; ahí hay que parar y recomenzar.
–¿Por qué a algunos políticos les molesta que los parodien?
–No a todos, en la época de la rochela, muchos políticos sabían el efecto de dejarse parodiar, y hasta lo pedían, pero es difícil de entender para el político poco inteligente.
Lovera se ha presentado en escenarios de varios países
–¿Es el humor sinónimo de inteligencia?
–Definitivamente, aquel que ve la vida por el lente del humor, entiende más, disfruta más y vive mejor.
–¿El político más cómico, sin proponérselo?
–¡Muchos! solo hay que buscar en estos tiempos declaraciones de ministros, diputados y presidentes latinoamericanos para reír de su lógica, verbo y razonamiento.
–¿Y proponiéndoselo?
–Oscar Yanes, Andrés Eloy Blanco…
–¿El comediante criollo de todos los tiempos?
–¡Difícil! Joselo, Cayito, Virgilio Galindo.
–¿El más universal?
-Pudo haber sido Cayito, aunque no hizo mucha campaña en el exterior. Hoy en día es Laureano Márquez: inteligencia, cultura y genialidad. No tiene parangón.
–¿Una esperanza?
–Ver a Venezuela encaminada a su estabilidad democrática y económica.
–¿Una incertidumbre?
–El tiempo que tomaría llegar a eso.
–¿Una alegría?
–Vivir en el paisaje venezolano.
–¿Una rabia?
–No sé sentir eso. Sin embargo hay cosas que me molestan como la mentira y las demostraciones de odio por parte de los poderosos.
–¿Una debilidad?
–El queso blanco.
–¿Un complejo?
–Tengo un complejo de complejos difícil de enumerar.
–¿Un anhelo?
–Que Venezuela se vuelva una burbuja latinoamericana, que muchos quieran volver y trabajar aquí.
–¿Una adicción?
–Soy adicto a no ser adicto.
–¿Una contradicción?
–Siempre me dicen que soy serio y no me siento así, pero me tocó una cara que confunde.
El humorista ha dedicado gran parte de su vida al arte de hacer reír
–¿Es Dios humorista?
–No lo creo. pero creo que entiende los chistes y se ríe.
–¿Alguna vez pensó en ser cura?
–No exactamente, pero sí en ser religioso de La Salle...comían sabroso.
–¿Es posible drenar con guasa la situación nacional?
–¡Si! Es una de las formas de perdonar y perdonarse, de levantarse y seguir luchando.––¿Existe el humor clandestino?
–¡Claro! Es el chiste que surge censurado y que corre individualmente de boca en boca, sin saber su origen.
–¿Necesita el país una sesión de risoterapia?
–Constantemente, debería ser un servicio que los seguros costeen para sus clientes.
–¿Existe el humor militar?
–Tanto como la inteligencia.
–¿Eran felices los cómicos venezolanos y no lo sabían?
–Te respondo por mi: soy, fui y seguiré siendo feliz... siempre lo supe.
–¿Es hoy el humor una cosa muy seria?
–Siempre lo fue para mi, una herramienta seria de entretenimiento, comunicación y reflexión.
–¿Es una regla aquello de que `quién ríe de último ríe mejor`?
–Si, definitivamente.
–En el caso de Venezuela, ¿quién reirá de último?
–Venezuela, el país entero reirá al final.
Caracas / Jolguer Rodríguez