Alain Delon, uno de los últimos monstruos sagrados del cine francés, murió a los 88 años en su mansión de Douchy, a unos 130 kilómetros (km) al sur de París, lo que provocó un torrente de homenajes en el mundo del cine, pero también de autoridades de Francia y de personalidades públicas.
La noticia la dieron sus tres hijos, los mismos que hasta comienzos de este año se estaban enfrentando públicamente sobre el estado de salud y la asistencia que necesitaba este hombre que había dado un bajón con un accidente vascular cerebral que sufrió en 2019.
En un comunicado, Alain Fabien, Anouchka y Anthony Delon anunciaron que su padre había muerto "serenamente" en su propiedad de Douchy "rodeado de sus tres hijos y de los suyos", y pedían que se respetara "su intimidad en este momento de duelo extremadamente doloroso".
París / EFE