Max Verstappen y Red Bull iniciaron con el pie derecho la defensa de sus respectivas coronas en la Fórmula 1 (F1) al lograr un triunfo aplastante en el GP Gran Premio (GP) de Baréin.
El tricampeón del mundo, que persigue su cuarta corona, superó a ‘Checo’ Pérez (Red Bull), que terminó segundo a más de 22 segundos de su compañero, mientras que Carlos Sainz (Ferrari) le ganó la batalla a su compañero, Charles Leclerc, por el lugar restante en el podio.
A Verstappen, que salía primero, le bastó con una vuelta para sacar el rodillo, evitar que Leclerc tuviera acceso al DRS y empezar a hacer trizas el sueño de los otros 19 pilotos de la parrilla, que observaron desde la pista la superioridad de un insaciable ‘Mad Max’.
Leclerc, que terminó cuarto y fue de menos a más en la carrera, se tiró al exterior de la primera curva después de que el neerlandés se protegiera tras una buena salida del monegasco, pero el tricampeón del mundo demostró que, teniendo el interior, iba a ser imposible pasar al Red Bull, que, por si alguien dudaba de su ritmo, también terminó con la vuelta rápida de carrera.
De hecho, el monegasco tuvo que frenar para no chocar contra el neerlandés, lo que propició que pilotos como Pérez y sobre todo Fernando Alonso tuvieran que frenar y cejaran en su empeño de adelantar posiciones.
Le ocurrió al asturiano, que no pudo adelantar a Sainz y se vio relegado a una lucha contra los McLaren que perdería pocas vueltas después.
El bicampeón del mundo en 2005 y 2006 se quedó sin DRS en la tercera vuelta y Lando Norris (McLaren), que salía séptimo, lo aprovechó para superar a Alonso en ese tercer giro, un adelantamiento que repitió Oscar Piastri (McLaren) tres vueltas después y en el décimo giro, Lewis Hamilton (Mercedes).
Alonso ya no se movió de esa novena posición. A pesar de las buenas prestaciones a una vuelta, los Aston Martin demostraron que no tienen ritmo de carrera para poder competir contra los Ferrari, Mercedes, McLaren… y mucho menos con Red Bull, el gran protagonista de este sábado, a pesar de que prefirieron ir de ‘tapados’ durante todo el fin de semana.
Y es que el único en poder «hacerle frente» a la escudería austríaca fue Carlos Sainz. Fue el único en marcar 1.36 durante varias vueltas consecutivas, un tiempo que copiaba vuelta a vuelta Pérez, y pudo seguir la estela del RB20 del mexicano, aunque no fue suficiente para poder aspirar a una segunda plaza que avistaba vuelta a vuelta a unos tres segundos, pero para la que le faltó un poco más de ritmo.
Sí que le dio al madrileño para superar a su compañero, Leclerc, primero y a George Russell (Mercedes) después, en una carrera a la que Sainz pareció salir enrabietado a sabiendas que, haga lo que haga, será su última temporada en Ferrari.
Al que no pudo seguir nadie, ni siquiera Pérez, fue a Max Verstappen. El neerlandés pareció entrar en velocidad de crucero y no tuvo ningún fallo, ni estratégico, ni de conducción, ni tampoco en sus dos entradas a boxes. Como si fuera 2023, todo parecía sonreír al neerlandés, que sumó su victoria número 55 en la Formula Uno.
El himno de los Países Bajos, al que la parrilla ya se ha acostumbrado en los últimos años, volvió a sonar en Baréin y parece que el nuevo RB20, con un concepto tan innovador y diferente al del año pasado, no le ha disgustado en absoluto a ‘Mad Max’, que si ya consiguió 19 victorias en las 22 carreras de la temporada pasada, ahora quiere ir directamente a por las 24.
Manama / EFE