Brayner Piñuela es un atleta de 18 años que reside en la parte alta del sector Pozuelos de Puerto La Cruz. Ha aprendido a superar los obstáculos en el deporte y la vida, lo que lo ha llevado a ser uno de los mejores vallistas a nivel nacional.
Desde los 13 años el joven practica las disciplinas de carrera con vallas y salto largo en la pista alterna del Complejo Polideportivo Simón Bolívar, ubicado en Barcelona, aunque la primera es la que mayores frutos le ha rendido.
A pesar de la carencia de unas instalaciones deportivas con las comodidades para entrenar adecuadamente y un apoyo o beca para solventar sus gastos, Piñuela ha logrado estar en el podio de diferentes competiciones nacionales e incluso figura en rankings sudamericanos y mundiales.
Para Brayner, las dificultades del día a día como no tener pasaje para ir al entrenamiento o no contar con los recursos para seguir una dieta digna de un atleta de alto rendimiento, no son razones de peso para abandonar el camino construido.
"Por encima de todo siempre debemos tener la vista hacia adelante, en la meta que queremos alcanzar, que en mi caso es representar a Venezuela en un campeonato sudamericano".
También tiene claro que a todo problema se le debe buscar una solución y eso lo ha ayudado a no estancarse cuando necesita algún elemento básico para competir.
"Ahorita no tengo patrocinantes y por ejemplo los zapatos de púas cuestan alrededor de 150 dólares, por lo que ha tocado hablar con personas que están fuera del país para reunir y comprarlos". No obstante, aclaró que ese calzado solo lo utiliza para los torneos.
Según explicó, la pista en la que entrena actualmente no está en condiciones óptimas. Sin embargo, sigue su premisa y junto al resto de sus compañeros, además de los entrenadores, armaron una pista remendada que es la que utilizan para practicar, a pesar de que suelen arrastrar lesiones precisamente por esa razón.
Piñuela comentó que hace unos meses tuvo una decaída en su carrera debido a una lesión, por lo que estuvo alejado de su deporte favorito por un tiempo, pero finalmente se recuperó y regresó.
"No podía correr, había mucho llanto, mucha desesperación, pero tuve en mi mamá mi motor que siempre estuvo conmigo, nunca me dejó solo y se mantiene a mi lado en mis mejores y peores momentos", relató.
Precisó que a raíz de la lesión estuvo alrededor de un mes en depresión, practicando otra disciplina aún cuando su corazón está en el salto de vallas. Reconoció que, así como su madre, sus compañeros y entrenadores también fueron vitales en su proceso.
De hecho, destacó que el profesor Javier Guerra, quien se refiere al propio Brayner como uno de los mejores vallistas de Venezuela, nunca ha dejado de creer en él. Además, resaltó que ha hecho sacrificios admirables por todo el grupo que dirige, y en parte por eso está entre los mejores atletas del estado Anzoátegui.
El joven de Pozuelos enfatizó que su mayor inspiración en la vida es su mamá, aunque también utiliza como motivación en su carrera a varios de los mejores vallistas estadounidenses.
Reiteró que su principal objetivo a día de hoy es seguir escalando peldaños, como lo ha venido haciendo desde hace cinco años cuando arrancó esta travesía en el atletismo.
"Quiero ir a un campeonato sudamericano y luego poder asistir a unos Juegos Panamericanos. Buscar manera de tener reconocimiento y conseguir algún patrocinador para luego, si Dios así lo dispone, obtener alguna medalla para Anzoátegui y Venezuela en un gran torneo".
Por el momento, Brayner buscará llevarse los honores en la Copa VM que se disputará entre el 23 y 24 de junio en Barquisimeto, estado Lara.
Puerto La Cruz / Javier A. Guaipo