Desde este miércoles, la Alcaldía de Barcelona inició el rescate del terminal La Aduana, el cual fue desmantelado por la inseguridad que lo azotó tras su cierre por la pandemia, en 2020.
En una reunión con representantes de varias líneas de transporte urbano, consejo comunal, comerciantes y funcionarios policiales, el presidente del Instituto de Transporte del ayuntamiento, José Rodríguez, informó que con la jornada no sólo buscan organizar a los transportistas que hacen vida en el centro, sino también reactivar la economía de este espacio y del mercado vecino, la cual cayó cuando las instalaciones quedaron desoladas.
Rodríguez explicó que inicialmente colocarán más de 20 lámparas que ya tienen en su poder a fin de brindar mayor seguridad, puesto que la oscuridad es lo que ha contribuido a que "los amigos de lo ajeno" actúen con impunidad.
De igual manera, estiman esta semana comenzar con la rehabilitación de varias alcantarillas y avanzar en la limpieza y recolección de escombros.
Según Rodríguez, por ahora, el terminal servirá como estacionamiento para unas 11 líneas de transporte que tienen sus paradas fijas en La Chica, Fuente Luminosa y avenida Pedro María Freites, esto con el objetivo de descongestionar las principales calles y avenidas de las unidades que esperan su turno para cargar. Al parecer, a cada organización le asignarán una casilla para que la autorecuperen.
En cuanto a la economía, Rodríguez manifestó que les entregarán los quioscos destinados a la venta de alimentos preparados a los líderes comunales, para que realicen la asignación.
Con estos trabajos, esperan que se reactive también el mercado La Aduana en el que actualmente laboran menos de 30 vendedores, debido a que la mayoría migró a las zonas más concurridas.
Noria Torrealba, quien tiene 32 años vendiendo comida elaborada, es una de las pocas que queda en este establecimiento.
"Desde que fue cerrado el terminal todo cayó, esperemos que finalmente lo reactiven. Ese terminal lo desvalijaron todo y ahora empezaron aquí, ya se han robado más de 20 láminas de los techos, porque de noche esto es oscuro y solo, no hay vigilancia", expresó.
Barcelona / Elisa Gómez