Shohei Ohtani emergió del bullpen y ponchó a Mike Trout, su compañero de Angelinos de Los Ángeles en el duelo que todo el planeta del béisbol ansiaba presenciar, y condujo a Japón a la victoria 3-2 ante el reinante campeón Estados Unidos para conquistar la noche del martes su tercer título del Clásico Mundial de Béisbol y primero desde 2009, informó Ronald Blum, de AP.
Ohtani, el pitcher dominante y toletero explosivo que ha cautivado a fanáticos en dos continentes, se embasó con un sencillo al cuadro interior en el séptimo inning como bateador designado y luego se enfiló hacia al jardín izquierdo para calentar el brazo en el bullpen de Japón y tener su tercera aparición en el montículo en el torneo. Se presentó en el loanDepot Park de Miami, Estados Unidos.
El derecho abrió la parte baja del noveno con un boleto a Jeff McNeil, campeón de bateo en la Liga Nacional el año pasado, pero luego hizo que Mookie Betts bateó para un doble play.
Trout, capitán de Estados Unidos y tres veces ganador del premio al Jugador Más Valioso (JMV) de la Liga Americana, fue el último out al poncharse con la cuenta llena.
Ohtani bateó para .435 con un jonrón, cuatro dobles, ocho impulsadas y 10 boletos en la marcha invicta de Japón en la quinta edición del Clásico. Al levantar su tercera corona, los japoneses emularon la gesta de la República Dominicana en 2013 como los únicos campeones invictos.
Desde la lomita, Ohtani registró foja de 2-0 con un salvado y una efectividad de 1.86, además 11 ponches en 9 2/3 innings. Eso, aunado a su buen bateo, le permitió ser el JMV del evento internacional en el que la tropa nipona fue imbatible.
Japón esculpió una marca de 7-0 y superó en carreras 56-18 a sus rivales al alcanzar la final por primera vez tras ganar las primeras dos ediciones del Clásico, 2006 y 2009. Ninguna otra nación ha ganado el título en más de una ocasión.
Miami / Redacción Web