El aguacero de anoche no fue desapercibido por los vecinos del conjunto residencial El Moriche de Las Casitas, mucho menos para los residentes de la calle Arrendajo.
Tienen meses con un colector de aguas negras caído y con la tubería de desagüe obstruida, lo que impide que el nivel del agua baje.
Un obrero es quien se ha metido en el lago de agua putrefacta a remover el sedimento que queda en los alcantarillados para así aliviar poco a poco el líquido.
Residentes aseguraron que hoy un grupo de servicios públicos asistiría a la urbanización con el propósito de iniciar los trabajos de recuperación del colector, pero con la calle inundada el trabajo se les imposibilita.
Barcelona / Mariví Matute