La distancia y el tiempo no rompen el vínculo de las verdaderas amistades. Para que esta relación perdure se necesita respeto mutuo y hablar con franqueza. Así lo afirmó Héctor Rodríguez, uno de los 189 bachilleres de la promoción de 1969 del liceo Tomás Alfaro Calatrava, en Puerto La Cruz.
De estos 144 graduados en ciencias y 45 en humanidades, el 90% obtuvo un título universitario. El resto se dedicó al comercio y la artesanía.
Rodríguez comentó que en la última década, un 13% de sus compañeros no están físicamente, pero siempre los recuerdan con mucho cariño.
El pasado 2 de agosto se cumplieron 53 años del acto de grado, por lo que hicieron una reunieron para festejar. Barcelona fue la ciudad elegida para el reencuentro de estos hombres y mujeres que con el pasar del tiempo consolidan su amistad, a pesar de no verse constantemente o hablar a diario.
"Celebramos nuestro 53 aniversario en mi casa. Contamos con la presencia del padre David Millán quien bendijo nuestra amistad y expresó lo que para la Iglesia católica representa una experiencia de esta magnitud: que hemos construido una verdadera familia. Fue una reunión amena, divertida y cordial en la que brindamos por esta amistad que nos ha unido por más de medio siglo", dijo Rodríguez.
En la celebración, los ahora jubilados recordaron su época liceista con anécdotas, risas, diversión y pasaron un rato agradable rodeados de personas con gran calidad humana, según relataron.
Mencionaron que antes de que existiera la era digital comunicarse entre ellos era más complicado, pero en la actualidad con la tecnología todo es más sencillo.
"A partir del aniversario 20 decidimos que era tiempo de hacer encuentros cada lustro. Siempre hubo un grupo organizador, coincidencialmente el mismo al que le tocó organizar nuestra fiesta de grado en 1969. Tuvimos encuentros muy numerosos, con acompañamiento de profesores, y de nuestro director en aquel entonces, Roberto Castillo Cardier", expresaron.
Acotaron que cuando iban a cumplir los 50 años de graduados llegó la pandemia del Covid-19 y eso le impidió un nuevo reencuentro. Sin embargo, un grupo pequeño se reunió en la casa de Héctor Rodríguez y el resto estuvo presente a través de tecnología.
Con el grupo que ellos crearon llamado "TAC69" se comunican y comparten las noticias personales, familiares y profesionales que les suceden. De esa forma buscan consolidar su amistad.
"Definitivamente las redes sociales y la tecnología nos han ayudado a mantenernos unidos. Pero hay una red mayor y más importante que nos une mejor que todo lo que a través de Internet se logra: es la enorme red de la amistad y la solidaridad que nos caracterizan y que constituyen el sello distintivo de nuestras vidas", afirmó Rodríguez.
"Otra característica para mantener esa amistad es la franqueza entre nosotros y el respeto a las ideas de cada quien. Eso incluye tanto el plano político como el religioso. Somos amplios, generosos, respetuosos de las ideas de terceros. Podemos confrontarlas sin que ello signifique que rompamos con lo más valioso que nos caracteriza: nuestra amistad".
Héctor Rodríguez
Una gran parte del grupo "TAC69" se encuentra en Puerto La Cruz, Barcelona y Lechería. Otros están en Caracas, Maracay, Maturín, Puerto Ordaz, Margarita y otras regiones de Venezuela. Sin embargo, hay quienes decidieron ampliar sus horizontes profesionales y emigraron a Estados Unidos, Chile, Perú, Argentina, España, Noruega, entre otros países.
Al ser interrogados sobre qué significa la amistad para ellos, Mayelo Palacios, otra de las graduadas en la promoción de 1969 dijo que "la amistad es un bien inestimable que hace la existencia más tolerable, se fortalece en el compartir y se consolida con el tiempo. El amor que el cultivo de la amistad promueve actúa como un bálsamo que alivia nuestras heridas cotidianas. La amistad tiene una ética que le es propia. Se basa en el afecto, el respeto mutuo, el compromiso compartido, la confianza, la benevolencia recíproca, la permanencia del amor, el solidario apoyo, el necesario perdón, en el recuerdo bonito que arranca risa y también lágrimas. Es la necesidad de saber del otro, sentir su bienestar, compartir su dicha, es la unión afectiva sin medida, tiempo ni distancia. La amistad enriquece nuestras vidas". Estas palabras fueron confirmadas por el resto de sus compañeros.
Puerto La Cruz / María Alejandra Lunar