El avance inexorable del coral Unomia Stolonifera, también conocida como Xenia, una formación blanda y altamente invasiva, que asfixia los ecosistemas marinos, pasó a ser en los últimos meses una verdadera amenaza a todas las formas de vida en el parque nacional Mochima en el estado Sucre.
Se trata de una especie invasora, oriunda de Asia, que se cree fue introducida en el hábitat de Mochima por personas que fabrican acuarios.
Sonia Rivera, vocera de los Consejos Nacionales de Pescadores, Pescadoras y Acuicultores (Conppa) de Islas Caracas y vocera del parque por los trabajadores del mar, señaló que la principal amenaza es para la pesquería de la zona, toda vez que el pernicioso coral ha provocado el alejamiento de las especies marinas habituales en la zona.
La vocera gremial precisó que el coral ha invadido las “zonas de lance” y ha cubierto las orillas de las playas, los corales duros, los rezones de las embarcaciones y los muelles. “Es como una alfombra que hay desde Isla De Mono en Anzoátegui hasta el parque nacional Mochima”.
Informó que se han reunido con representantes de la Zona Costera 36, que agrupa a igual número de instituciones del Estado que están involucradas en el tema, como Ministerio del Ambiente, Insopesca e Inparques, a los que se suma la ONU.
Sobre estas asambleas, Rivera dijo que se trató el tema de la extracción manual del coral, método que rechazan por inadecuado, pues se trata de un tipo de formación que se reproduce rápidamente cuando se corta.
“No estamos de acuerdo con que se haga una extracción manual, hasta tanto no se hagan estudios, en Mochima hay biólogos nativos, tenemos los mejores especialistas en Biología, con la gente de la Fundación La Salle y la UDO, gente muy especializada, mucho mejores que en otros países y estamos en la zona afectada, por lo que sabemos cuál es la situación que se nos presenta”.
En este sentido, insistió que la consecuencia más grave es la disminución en las capturas de peces, porque la Unomia ha cubierto kilómetros enteros de la zona de pesca y las otras especies se alejan con la presencia de esta especie de alfombra. “Ha abarcado las partes bajas, pero ya va cubriendo también las más profundas”.
A esto, dijo, se agrega el hecho de que los lances con redes agravan el problema, porque rompen la formación y ayudan a su reproducción.
“Donde se agarraban 20 o 30 mil kilos de sardina, y la consecuencia es que como ocurrió en el 2004, nos enfrentamos a una disminución de 80% de la pesquería”.
Sonia Rivera insistió que el tema es bastante grave y tiene que ver con la sobrevivencia del parque y el modo de vida de los habitantes de la zona, en su mayoría pescadores que llevan hasta cinco generaciones en la zona.
Aprovechó para denunciar algunas prácticas que afectan la vida de la zona como el uso de plantas en las noches, por lo que están pidiendo al Ministerio de Ambiente, Inparques y Vigilancia Costera que controlen la permisología. “Nosotros creamos conciencia para tener futuro de pesca, como lo dejaron nuestros abuelos, nuestros ancestros”.
Pidió al Ministerio del Ambiente y a Zonas Costeras, que se haga un estudio especializado, para saber cómo se va a combatir el coral. “Ojalá que nuestros especialistas en Biología Marina hagan una reflexión al pescador artesanal, sobre cómo podemos seguir con la actividad, una vez que se elimine el coral”.
Situación comprometida
Al escenario con la Unomia, la vocera pesquera denunció la grave situación social y económica que viven los pescadores residentes de la zona, con temas como el combustible y el abastecimiento alimentario.
“El sector de la gasolina no se ha tomado en cuenta para esa gente. Ellos habitan ahí (en las islas), donde no hay mercados, centros de salud, ni acueductos. Solamente estamos sobreviviendo con agua de lluvia y para hacer mercado debemos esperar que una embarcación salga de las tres islas para que recoja a muchos pescadores para poder ir a comprar comida y esperar una cola, apoyándose unos y otros para poder comprar los alimentos”.
Reconoció que ya hay gente que ha abandonado las islas, por el temor de morir allí. “Hay poca prestación de servicios por la gasolina. Por ocho kilos de pescado dan 120 litros de gasolina para dos o tres meses. La gasolina es vital para el pescador”.
La dirigente pesquera instó a los organismos estadales y nacional a visitar la zona para que constaten la situación social, porque existe la necesidad de atender a todas las familias que están en riesgo. “No tenemos nadie que nos preste atención”.
Sucre / Cecilia Lárez