En octubre de 2017 se concretó lo que tanto alertaron los economistas: Venezuela entró por primera vez en su historia en hiperinflación al cruzar el umbral de 50%, según lo establecido en 1956 por el profesor y economista Philip Cagan. De acuerdo con Econométrica, firma de asesoría económica y financiera, en ese mes la tasa se ubicó en 50,6%, consecuencia, en gran medida, de la emisión de dinero inorgánico y del descenso de bienes en el mercado por la caída de la producción.
En mayo de este año, la inflación fue de 110,1%; y solo tres meses después, en agosto, la tasa superó la barrera de 200%, ubicándose en 223,1%, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor de la Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, una de las instancias que ofrecen periódicamente un cálculo de la inflación ante el silencio que ha mantenido el Gobierno respecto a estas cifras. El Banco Central de Venezuela (BCV) no publica estos datos desde 2015, año que registró una inflación de 180,9%.
Para la economía los efectos han sido cada vez más catastróficos. El proceso hiperinflacionario no sólo ha deteriorado la calidad de vida de los venezolanos al disminuir cada vez más el poder adquisitivo de sus salarios y de los bolívares en circulación, sino que además ha afectado a las empresas.
Carlos Larrazábal, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), da fe de ello. Afirmó que el sector productivo se encuentra en una tormenta: “Los costos aumentan a esa velocidad que vemos todos los días y cada vez se produce menos. Los costos unitarios se van incrementando de una forma acelerada porque se tiene una nómina e insumos más costosos, y se está produciendo cada vez menos”.
El presidente de Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Juan Pablo Olalquiaga, declaró que en 2017 había 3.200 empresas privadas de las 12.700 con las que contaba el país y cerraron 700. Ahora sólo hay 2.500 que , están trabajando por debajo de 23%, lo que en términos de producción absoluta es 6% de lo que se tenía en 1999. “Lo que ha habido es un proceso de destrucción muy importante”.
El economista Víctor Álvarez, Premio Nacional de Ciencias, aseveró que para las compañías la situación económica ha significado un creciente proceso de descapitalización, sobre todo para aquellas que sufren la severidad de los precios controlados. “En una circunstancia donde los costos de producción suben a más de 150% mensual, incluso más de 200%, las empresas no logran ni siquiera reponer sus costos por el precio controlado al que se les obliga a vender, generándoles pérdidas y descapitalización. Eso opera como un desincentivo a la producción que agrava los problemas de escasez”.
Las propias instituciones no gubernamentales y las gubernamentales que dependen de un presupuesto, también ven afectada su capacidad operativa, debido a que sus presupuestos ya ni siquiera alcanzan para pagar la nómina. Alertó que además sufren una pérdida de su capital humano: “El país ha perdido a sus mejores profesionales, sus mejores gerentes, ejecutivos y técnicos, que se han ido tratando de buscar mejores oportunidades en otros países”
Expresó que esta situación es sumamente grave, significa el colapso institucional del país. “Todos estos factores se juntan para agravar el malestar social, el descontento, que no se ha canalizado por la vía de una creciente conflictividad interna, porque de hecho las calles no se han calentado sino que la gente ha optado por irse del país. Este es el incesante y creciente fenómeno migratorio que vemos todos los días. Eso, en líneas generales, son las consecuencias, el impacto del fenómeno hiperinflacionario”.
El titular de Fedecámaras coincidió con Álvarez. Aseveró que por el proceso hiperinflacionario inédito que vive Venezuela hay una descapitalización general de la economía, no solamente de los ciudadanos sino también de las empresas. “Las compañías han tenido que adaptar sus niveles de producción y de actividad a un mercado mucho más mermado con un poder de compra muy disminuido”.
El empresario aseguró que el sector que sufre control de precios ya no sólo se descapitaliza, sino que también corre el riesgo de desaparecer. Además de tener un capital mermado, no tiene capacidad de reponer los activos porque con los bolívares que genera no puede adquirir los dólares que necesita para comprar insumos o reponer maquinaria. Y si le aplican el control de precios, su situación empeora de una manera dramática.
Larrazábal señaló que tal y como los especialistas lo han indicado, la causa de la hiperinflación que vive Venezuela son las medidas macroeconómicas que el mismo Ejecutivo ha implementado, como la emisión de dinero inorgánico de una manera desmedida y un gasto público desordenado.
“Eso la teoría económica lo tiene sumamente claro, pero el Gobierno no aplica teoría económica sino simplemente una ideología. Trata de controlar la inflación por las consecuencias y no por las causas, y mientras haga esto no se solventará la situación”.
Media década cayendo
Álvarez aseguró que Venezuela lleva cinco años en un proceso de contracción y estancamiento económico que ha provocado la destrucción de 50% de la actividad productiva, situación palpable en la escasez de alimentos, medicinas, repuestos, artefactos electrodomésticos y de todos los bienes necesarios.
Afirmó que esta caída de 50% en el producto interno bruto también ha generado “la destrucción” de millares de puestos laborales, debido a que muchas empresas han pasado de trabajar de tres a dos o un turno diario, de trabajar sólo dos o tres días a la semana para no quebrar, o sencillamente cesaron sus operaciones, liquidaron sus inventarios y remataron sus maquinarias y equipos.
“Ese es el cuadro que se conforma a lo largo de este año, cuando ha habido un proceso simultáneo de estancamiento de caída de la producción con un aumento acelerado de los precios”.
El economista Luis Oliveros también expresó que el producto interno bruto (PIB) lleva cinco años mermando. “En dólares, la caída ha sido mayor, cercana a 70% desde 2013. Este descenso sólo pasa en países en guerra. Tenemos el mismo PIB que en 1989”.
La Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN) informó que el PIB acumula una disminución de 50,61% desde que Nicolás Maduro asumió el poder en 2013. “Estas cifras evidencian el colapso económico que está viviendo el país y que se refleja en la calidad de vida de los venezolanos. En el empobrecimiento dramático que vive Venezuela, que fue la segunda economía del mundo en términos per cápita y la economía más rica del continente latinoamericano”, expresó el diputado Ángel Alvarado, miembro de la instancia parlamentaria.
No hay señales de mejora
A pesar de que la hiperinflación cumplió su primer aniversario, el Gobierno no ha hecho nada para frenarla. En el primer mes de las medidas económicas que el presidente Nicolás Maduro implementó durante el “Programa de Recuperación Económica”, ha habido un recrudecimiento de los problemas de escasez y de hiperinflación, aseguró Álvarez. Sostuvo que hay una incoherencia y contradicción entre la ejecución del plan y el nuevo discurso oficial, que reconoce la importancia de corregir el déficit fiscal y los efectos no deseados de haber financiado los bonos y aumentos de sueldo con emisión de dinero.
De acuerdo con cálculos que hizo el economista Luis Oliveros, sólo en la semana del 7 al 14 de septiembre la liquidez aumentó 28,08%, un récord en el país.
Álvarez puntualizó que el Ejecutivo ha tomado medidas que tumban su ingreso fiscal, como la exoneración del pago del Impuesto Sobre La Renta a empresas petroleras filiales y mixtas.
En la Gaceta Oficial 41452, del 2 de agosto de 2018, el Gobierno exoneró del pago del Islr los enriquecimientos de fuente territorial o extraterritorial obtenido por Pdvsa, empresas filiales y las empresas mixtas domiciliadas o no en Venezuela, provenientes de las actividades de producción de hidrocarburos.
Economistas han alertado que esa medida provocará que caigan los ingresos que entran al fisco y que la única forma que tendrá ahora el Ejecutivo para financiar el déficit fiscal será a través de la emisión de dinero por parte del BCV, una de las principales causas por las cuales Venezuela entró en un proceso hiperinflacionario.
El diputado Álvarez también recordó que el Gobierno aumentó el gasto al aprobar un incremento salarial para 3 millones de empleados públicos.
“Al poner a correr mucha plata detrás de pocos bienes, atizan más la inflación”, advirtió.
El presidente de Conindustria declaró a los medios que el aumento de sueldo se traduce en la creación de una deuda del Estado que se consume en inflación. “El control de precios produce más pérdida de productos en los anaqueles y la reforma fiscal implica pagar una factura que no se ha emitido, succionando el capital del trabajo”.
Mientras tanto, al ritmo en el que va la inflación, el parlamento prevé que 2018 podría cerrar con una inflación de 4.300.000% y el Fondo Monetario Internacional (FMI) indica que el país tendrá en 2019 una inflación de 10.000.000%, con una reducción del producto interno bruto de 5%.
“Se espera que la hiperinflación de Venezuela empeore rápidamente, impulsada por el financiamiento monetario de grandes déficits fiscales y la pérdida de confianza en la moneda”, dice el nuevo informe de perspectivas económicas globales de la organización financiera internacional.
Para surfear la crisis
El economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma de consultoría económica y financiera Ecoanalítica, compartió en sus redes sociales 10 recomendaciones que deberían tener en cuenta los emprendedores y empresarios para enfrentar la hiperinflación. 1. Genere sus propias divisas, 2. El flujo de caja es la prioridad, 3. Estrategia agresiva de retención de talento, 4. Optimice las ventas, 5. Cobertura permanente, 6. Ajuste de precios sobre cuota de mercado, 7. Exporte, si puede, 8. Conozca los nuevos patrones de consumo, 9. Optimice procesos internos. Sea flexible, 10. Pida todo el crédito bancario que pueda.
Oliveros también difundió una lista de seis equipos claves para enfrentar el alza acelerado de los precios: 1. Finanzas, dado que el flujo de caja lo es todo, 2. Recursos humanos para el diseño de estrategias agresivas de retención de talento, 3. Ventas cuyo lema sea evitar el crédito a toda costa, 4. Administración con agilidad y simplificación de los procesos, 5. Comunicaciones para que la información fluya en toda la organización y 6. Planificación para la construcción de los indicadores de gestión.
Caracas/ Carlos Seijas Meneses