Los Warriors de Golden State siguen siendo de oro.
Stephen Curry anotó 37 puntos, Kevin Durant añadió 20 y un triple doble y los Warriors de Golden State ganaron el viernes la final de la NBA. Los Warriors se consolidaron como una dinastía con su segundo título consecutivo de la NBA y tercero en cuatro en años, tras imponerse 108-85 sobre los Cavaliers de Cleveland para completar una barrida y quizá expulsar a LeBron James de su casa otra vez para buscar nuevos títulos.
Superando obstáculos a lo largo de toda la temporada, los Warriors se negaron a rendirse y ganaron el cuarto partido de la final contra Cleveland con facilidad.
“Esto es muy difícil de hacer, y hacerlo tres años de cuatro es increíble”, comentó Klay Thompson.
Fue la primera barrida en la final de la NBA desde 2007, cuando James fue despachado por un poderoso equipo de San Antonio en su primera final.
Su octava aparición consecutiva en la final de la NBA tampoco acabó bien y ahora hay incertidumbre sobre dónde jugará la superestrella la próxima temporada.
James finalizó con 23 puntos y pasó los últimos minutos en el banquillo, analizando qué había salido mal y quizá sus próximos pasos. Thompson, Draymond Green y el resto de la plantilla de Golden State mostraron por qué son el rasero del baloncesto actual.
Y puede que sigan siéndolo.
“No logro cansarme de esta sensación, de modo que vamos a celebrarlo juntos”, comentó Curry.
A pesar de que ningún equipo ha superado un déficit de 3-0 en los playoffs de la NBA, los visitantes no dejaron que los Cavs ni sus seguidores se hicieran ilusiones y llegaron al descanso con una ventaja de nueve puntos tras un triple de Curry.
Entonces, el mejor equipo de la liga apretó las tuercas a Cleveland en el tercer cuarto superando a los Cavaliers 25-13 y haciendo que los seguidores de Golden State empezaran a entonar los coros que tan bien acompañan a las rachas de triples.
Para el comienzo del último cuarto, la única duda era si Curry ganaría su primer título de Jugador Más Valioso de las finales de la MLB o si se lo llevaría Durant por segundo año seguido.
Y una vez más, fue Durant, que sumó 12 rebotes y 10 asistencias. El premio es otra recompensa y validación para un jugador que no podía vencer a los Warriors, de modo que se les unió.
Tras sobrevivir a una temporada regular más accidentada de lo habitual e imponerse a Houston en el séptimo juego de las finales de la Conferencia Oeste, los Warriors soportaron una obra maestra de James con 51 puntos del astro en el primer juego de la final, y se sumaron a un selecto grupo de equipos que ganaron varios títulos en un margen de cuatro años.
Solo los Celtics de Boston de Bill Russell, los Lakers del “Showtime” y el equipo de Los Ángeles liderado por Kobe y Shaq, así como los Bulls de Chicago de Michael Jordan, han sido tan dominantes en tan corto periodo de tiempo.
La senda al título ha sido más difícil que los dos primeros para el técnico Steve Kerr y los Warriors, que superaron lesiones, expectativas, un equipo de los Rockets hecho para derrocarles y la brillantez de James, que anotó 51 puntos de James en el primer juego de la serie y tiró de los Cavs desde el principio de su vertiginosa temporada hasta el final.
El astro de 33 años podría haber disputado su último partido para Cleveland, y se espera que el mes que viene abandone su contrato de 35,6 millones de dólares para 2019 y se convierta en un agente libre.
James salió de la cancha cuando quedaban 4:03 minutos, y chocó las manos con los Warriors antes de sentarse en la banca. Promedió 34 puntos, 8,5 rebotes y 10 asistencias en la serie, pero como en otras ocasiones, no tuvo suficiente ayuda.
Así comienza un nuevo Verano de LeBron, en el que equipos desde Filadelfia a Los Ángeles aspiran a hacerse con el tricampeón, que podría tener que buscar un nuevo hogar para conseguir un equipo lo bastante fuerte _y como dejó claro James esta semana, lo bastante listo para derrotar a los Warriors.
Cleveland, Estados Unidos // AP