Decenas de migrantes centroamericanos que llegaron a la frontera sur de Estados Unidos habían decidido entregarse a las autoridades y pedir asilo este domingo, en un desafío directo al gobierno del presidente Donald Trump.
Pero las autoridades de inmigración de ese país anunciaron que el cruce de San Diego ya estaba ocupado a su máxima capacidad.
Casi 200 migrantes, muchos de los cuales viajan con niños, habían decidido solicitar asilo debido a que huyen de sus países por miedo a la violencia, dijeron los organizadores de la caravana que los llevó de frontera a frontera por México.
Pero poco antes de que los ciudadanos llegaran, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés) dijo que el cruce de San Ysidro, en San Diego, no podía aceptar más solicitudes de asilo por el momento. Las instalaciones tienen capacidad para alojar temporalmente a 300 personas, y las autoridades habían estado advirtiendo que podría llenarse.
“Hemos colmado nuestra capacidad en el puerto de entrada de San Ysidro como para que los oficiales de la CBP puedan admitir más personas que viajan sin la documentación apropiada”, dijo el comisionado Kevin McAleenan en un comunicado. “Esos individuos quizá necesiten esperar en México debido a que los oficiales de la CBP trabajan para procesar a quienes ya están en nuestras instalaciones”.
Dijo que el puerto de entrada podría admitir más personas si se destinan más recursos y espacio. A pesar del anuncio, unos 200 migrantes empezaron a avanzar hacia el cruce fronterizo.
Rodolfo Figueroa, el principal funcionario de migración en el estado mexicano de Baja California, dijo a los organizadores de la caravana que enviaran un grupo inicial de 20 migrantes para ver si los inspectores consideraban sus solicitudes de asilo.
Figueroa dijo que no sabe si podrán entrar y que no había recibido aviso de las autoridades inmigratorias de Estados Unidos.
México / AP