Muchas personas han cerrado sus negocios debido a la crisis económica que se acrecienta, día tras día, en el país. Sin embargo, la mayoría sigue convencida de que todo va a mejorar en el futuro.
Al menos eso es lo que refleja una consulta realizada por el equipo de El Tiempo en la zona norte del estado Anzoátegui.
De 10 comerciantes que fueron abordados, 70% manifestó que mantienen sus locales abiertos porque confían en que la realidad actual se va a reformar.
Mientras tanto, los dueños de negocios se han visto en la necesidad de cambiar de ramo para poder subsistir en medio de la hiperinflación.
Si antes vendían ropa, colchones, zapatos o productos de ferretería, ahora ofrecen alimentos, productos de limpieza y de aseo personal, entre otros rubros. De esta forma han mantenido un equilibrio en sus ganancias y se han adaptado a las necesidades primordiales del comprador.
Una de las vendedoras encuestadas, Romina Giliberti, quien es de ascendencia italiana, declaró que los venezolanos son “gente amable y carismática”, pero están sometidos a un "Estado forajido y de mal corazón, que no entiende de amar a su prójimo y sin una pizca de conciencia".
Explicó que en el momento de su llegada al país -hace 30 años-, el pueblo venezolano le abrió los brazos, tanto a ella como a su familia y paisanos.
“Me siento afortunada de estar en este hermoso rincón del mundo. No quiero cerrar la tienda porque sería darle más terreno a este mal Gobierno, y no le voy a dar el gusto”.
Resaltó que si volviera a nacer y tuviera la dicha de elegir en dónde, “no duraría que sería en Venezuela”.
Opinión compartida
Otro de los comerciantes consultados, José Asslan, de origen árabe, expresó que tiene 40 años con su negocio en Venezuela.
Se mostró agradecido con la nación por abrirle las puertas. “Este país yo no lo cambio por nada, aprendí a amarlo. Yo seguiría aportando para verlo florecer nuevamente, lo ayudaría a levantarse. El tiempo de Dios es perfecto”, afirmó.
Indicó que para que haya una mejor Venezuela los políticos tienen que trabajar juntos, enfocándose en las necesidades de los ciudadanos de manera que se puedan buscar las posibles soluciones. Sólo así, acotó, se podría avanzar en el progreso de la nación. Señaló que no deben estar pendientes de la “politiquería”.
Estrategias
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Wael Raad, recalcó que los vendedores extranjeros ya son considerados venezolanos, ya que tienen esposas e hijos nativos de la República.
Añadió que “el 70% se reinventa y avanza cambiando de ramo. No está a gusto, pero apuesta a seguir confiando en que las cosas, económicamente hablando, cambiarán para bien”.
Explicó que el otro 30% de los comerciantes ha pasado a la informalidad o “ha tirado la toalla”. “Al verse descapitalizado sólo le queda irse del país, buscando un sendero que le garantice por lo menos lo básico. Igual espera a que la situación política cambie”, apuntó.
El gremialista señaló que los dueños de locales se arriesgan al esperar una mejora en el país. Según dijo, lo hacen porque viven y aman este territorio, “son de esta patria y necesitan seguridad, y una economía estable”.
Expresó, además, que cuando el vendedor ve las reglas claras en el área económica responde a favor e inmediatamente importa mercancía para llenar sus anaqueles.
Resaltó que lo que juega en contra del sector comercial es que el dólar paralelo nunca se mantiene en una tasa fija y eso ocasiona que se distorsione la economía.
Barcelona / Rosa Marina Silva
